Las activas del Apostolado Social, de Guadix, visitaron al obispo para presentarles su Instituto Secular y la labor que realizan en la diócesis accitana. El encuentro tuvo lugar el pasado miércoles 19 de junio, en el obispado.
Las activas del Apostolado Social presentaron al obispo, también, el Centenario de la Obra Social Femenina que se está celebrando en algunos lugares, como en Murcia o en Valencia.
Cien años de Obra Social Femenina
En este año 2019 celebramos el Centenario de la Obra Social Femenina Nuestra Señora de la Fuensanta aquí en Murcia, al igual que se está celebrando en Torrente (Valencia).
Esta obra, iniciada por D. Manuel Pérez Arnal, fundador también del Instituto Secular Activas del Apostolado Social e impulsada en este centro de Murcia por el Sacerdote D. José Miguel Navarro.
Corría el año 1919 cuando Don José Miguel Navarro Abellán y Margarita Amat, después de haber llevado a cabo, concienzudos preparativos, visitaron a Don Manuel, para pedirle que se desplazase a la capital del Segura y explicara las ventajas del sindicalismo y las posibilidades de establecer en Murcia los Sindicatos Obreros Femeninos.
El 12 de enero de ese año, fueron reunidas en la Casa de San José, del barrio de San Antolín, un grupo de obreras y varias señoras, a las que Don Manuel expuso detalladamente las ventajas de la Sindicación Católica en conformidad con los deseos que ellas mismas habían manifestado. De aquella reunión salió constituido el Sindicato de la Aguja de Santa Rosalía.
La primera Junta General de los Sindicatos, tuvo lugar el 13 de junio de 1919, en el salón de actos del diario “La Verdad”, por resultarles ya insuficiente el de la Casa Social, que tenían en la calle de San Nicolás.
De allí salió la creación de una Cooperativa de artículos alimenticios, de un Taller de Paro, para dar trabajo a las asociadas que lo padecían y el de una modesta Residencia para Empleadas de Hogar, que utilizaban hasta que encontraban colocación.
Bajo la orientación del Consiliario, el Sindicato Católico Femenino, lucha sin descanso para mejorar las condiciones de trabajo de fábricas y talleres, que como en otras poblaciones de España, tenían horarios que llegaban hasta las doce horas y catorce diarias.
De sus filas salieron propagandistas, que extendieron el sindicato por las localidades de la provincia: Abanilla. Cieza, Caravaca, Lorca, Jumilla, Molina de Segura, Yecla y varias pedanías de la capital, con las que más tarde se realizó la federación de Sindicatos Católicos de Nuestra Señora de la Fuensanta.
En 1921, el primitivo Sindicato se desdobló en varios. Siendo el primero el de Fábrica al que siguió el de Empleadas de Hogar y más tarde, ya en plena República, se agruparon también las Empleadas de Oficinas y Comercio.
Estos sindicatos llegaron a tener puestos destacados en los Jurados Mixtos, siendo vocales varias de sus afiliadas. En el Jurado Mixto del Vestido y Tocado, en su Sección de Confección, la parte obrera la cubrió totalmente las sindicadas católicas, llegando incluso a elaborar las Bases del trabajo de Aguja que había de regir en la Provincia.
Estas salieron aprobadas en el Boletín Oficial de la Provincia, precisamente el 18 de julio de 1936, por lo que no pudieron entrar en vigor. También ocuparon otros puestos en el Jurado Mixto de la Industria Textil, con lo que influyeron grandemente para que los pleitos fueron fallados justamente.
Hay que destacar durante la República la actuación de los Sindicatos Católicos, quienes hicieron fracasar más de una huelga cuando era injusta. Y también defendieron con tesón la libertad de la obrera y sus derechos, ante las injusticias que se cometían con frecuencia en los talleres.
Más no era esa la única actividad que se desarrollaba en los Sindicatos Católicos que atentos a la formación educativa y profesional, ampliaban sus clases de cultura para aprendizas y las profesionales, creando además una Caja Dotal y de Previsión, una Mutualidad de Enfermas, etc., sazonándolo todo con el mejor espíritu de apostolado y entrega, llegando a propagar su ideal incluso a las puertas de fábricas y talleres.
Pero todo ello fue arrasado y destrozado con la Guerra Civil, con lo que comenzó la persecución subsiguiente de los miembros destacados de los Sindicatos Católicos Femeninos.
Ya eran muchas las Activas que habían engrosado las filas de los mismos, y contra ellas, aunque ignoradas como tales, pero destacadas por su actuación se cebó el odio de los sin Dios. Varias sufrieron prisión muriendo en la cárcel de Cieza, Constantina Fernández Jiménez.
Muchos y largos fueron los sufrimientos que padecieron las Activas, pero no fueron vanos, ya que al volver la normalidad, floreció con pujanza. Seguro que el sacrificio de Constantina vivificó la tierra murciana con la bendición de Dios.
Terminada la Guerra Civil española los antiguos sindicatos se convirtieron en la Obra Social Femenina de la Virgen de la Fuensanta pues solo se permitía el sindicato vertical.
En la OSF se trabajó durante muchos años con el mismo ímpetu y espíritu que en el sindicato salvo la parte reivindicativa. Se tenían todas las actividades anteriores para la formación integral de la mujer. Como el local que tenían resultaba pequeño con gran esfuerzo por parte de las Activas se construyó el edificio de la calle Juan de la Cierva nº 8, con clases de cultura general, mecanografía, corte y confección, bordado, talleres de teatro, etc. llegando a tener un elevado número de socias trabajadoras. Las clases las impartían miembros del instituto Activas del Apostolado Social y de Obra Social Femenina con gran repercusión en toda la región de Murcia con muchos Centros Filiales.
También funcionaban las Colonias Veraniegas para lo cual se alquilaban casas en la playa. Las dirigentes viendo la necesidad que estas chicas tenían de descanso y disfrute en esa época de pocos recursos, se acuerda poner en marcha una casa de colonias en los Urrutias en el Mar Menor, gracias al entusiasmo, sacrificio, ayuda económica y donaciones desinteresadas de socias de Obra Social y Activas del A. Social, se construyó la Casa de Colonias, donde por muchos años hemos trabajado unidas en este apostolado, que con tanto amor nos inculco nuestro fundador. Con más intensidad desde los meses de Julio hasta Septiembre con colonias para jóvenes y mayores, convivencias y ejercicios espirituales. Se celebraba la Eucaristía diaria con sacerdotes de la diócesis de Murcia – Cartagena de los cuales se guarda un gran recuerdo para todas las Activas y Socias que hemos pasado por la casa y para todas las personas de la urbanización, que asistían a dichas celebraciones. También se celebraba entre otras la procesión del día de la Asunción el 15 de Agosto con la asistencia de la gente del pueblo y del barrio.
El año 2018 con gran dolor por parte de Obra Social y Activas del Apostolado, que nos hemos hecho mayores y ante la imposibilidad de poder llevar adelante esta tarea, hemos visto que en la casa se puede continuar un buen apostolado muy necesario en la zona, y por ello se toma la decisión de hacer la cesión de la casa, terrenos y todos sus enseres al Obispado de Murcia para seguir la labor de apostolado que ellos crean conveniente, manteniendo el cariño, el recuerdo y labor incansable de todos los miembros de Obra Social Femenina y Activas del Apostolado Social y sobre todo el recuerdo de nuestro querido fundador, D. Manuel Pérez Arnal y D. José Miguel Navarro Abellán