Un año más, el 30 de agosto Lanteira vuelve a celebrar la fiesta del beato Manuel Medina Olmos. Una Misa y una procesión por las calles del pueblo serán los actos principales de una jornada de fiesta en la que los lanteiranos volverán a honrar al hijo más ilustre que ha dado la localidad, beatificado en 1993 y cuya devoción se extiende por toda la diócesis. La Misa comenzará a las 7 de la tarde y, al término de la misma, tendrá lugar la procesión. Es el día del beato, como se le conoce en la localidad.
Y como toda gran celebración, esta también tiene sus días de preparación. Del 27 al 29 de agosto se ha celebrado un triduo en su honor, que ha estado presidido por el párroco, José Antonio Robles, para el que este año es la primera vez que asiste a la fiesta como párroco.
El beato Manuel Medina Olmos era obispo de Guadix cuando le quitaron la vida en los comienzos de la Guerra Civil, martirizándolo en Almería, junto al obispo de esa diócesis vecina, el también beato Diego Ventaja. Desde entonces, su memoria no se ha perdido. Al contrario, su testimonio ha estado siempre presente en la diócesis accitana, hasta que fue proclamado beato, y se prolonga hasta la actualidad, dado que es venerado en su pueblo y en parroquias de la diócesis.
De familia humilde, el obispo Manuel Medina Olmos nació en Lanteira el 9 de agosto de 1869. Cursó diferentes estudios que le llevaron a ser canónigo del Sacromonte de Granada y rector y profesor del colegio. También colaboró con el padre Manjón, llegando a ser subdirector de las Escuelas del Ave María. Fue nombrado obispo auxiliar de Granada en 1925 y pocos años después, en 1928, obispo de Guadix. También fue administrador apostólico de Almería, de 1934 a 1935. En los comienzos de la Guerra Civil, el 30 de agosto de 1936, le quitaron la vida en el barranco del Chisme, en Vícar, Almería, después de semanas de sufrimientos y humillaciones. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993, en Roma.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix