
El pasado domingo 7 de julio, los lanteiranos volvieron a representar una obra de su paisano más ilustre, el beato Manuel Medina Olmos, que fue obispo de Guadix y, tras su martirio, fue proclamado beato por el papa Juan Pablo II, el 10 de octubre de 1993. La representación teatral fue realizada por un grupo de mujeres del pueblo, aficionadas, no profesionales, que sin embargo gustan del teatro. Así se pudo comprobar en la tarde de ese domingo, en el que el esfuerzo de estas actrices se vio compensado por la masiva asistencia de sus paisanos, que abarrotaban el salón. Y eso que no es la primera vez que llevan a escena esta obra.
Esta representación ha servido para clausurar la Semana Cultural que el ayuntamiento ha organizado para estos días de verano, en los que el pueblo aumenta considerablemente su población. Representar una obra de su paisano ha sido sin duda, el mejor broche que se podía poner a la Semana Cultural, vienen a decir los organizadores. También destacan el valor que el obispo Medina Olmos le daba a la mujer, ya en ese tiempo, dado que todos los personajes son mujeres y son ellas las que afrontan la situación. Sin duda, un mensaje muy moderno en estos tiempos en los que se habla tanto de igualdad y empoderamiento..
“Camino del Veleta” tiene un marcado sentido del humor y cautiva pronto al espectador. Se nota en los numerosos momentos en los que el público responde con risas y apalusos. El carácter costumbrista de la obra, el lenguaje sencillo y cercano y una trama ingeniosa y viva al tiempo que campechana, son las claves de una obra cercana al pueblo, que resulta muy entretenida. También tiene un toque de crítica social al mostrar las penurias de un pueblo que, literalmente, pasaba hambre.
El Obispo Manuel Medina Olmos, que nació en Lanteira en 1869, fue martirizado en 1936, junto al obispo de Almería, Diego Ventaja. Antes del martirio fue canónigo del Sacromonte granadino, subdirector de las Escuelas del Ave María, obispo auxiliar de Granada y obispo de Guadix. Destacó por su formación, por su cercanía, su compromiso social, por sus dotes pedagógicas y también por sus escritos, entre los que se encuentran pequeñas representaciones teatrales que tenían un marcado carácter pedagógico e, incluso, catequético.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix