
Del 22 al 24 de febrero, la parroquia del Sagrario de Guadix fue testigo de un movimiento espiritual y comunitario que trascendió las paredes del templo. La Misión Diocesana que vivimos durante esos días fue una llamada a la acción, a la convivencia y al encuentro con el prójimo, llevando a cada uno a preguntarse qué significa realmente caminar con María hacia Cristo.
Una de las experiencias más enriquecedoras fue la convivencia con los misioneros. Estos hombres y mujeres de fe no solo compartieron la vida cotidiana en nuestras familias de acogida, sino que también se convirtieron en verdaderos hermanos en la fe, que nos animaron a seguir adelante en el camino de la evangelización.
A nivel parroquial, las actividades fueron diversas y abarcaron a toda la comunidad. Los niños de catequesis y sus catequistas tuvieron momentos de crecimiento espiritual, mientras que las familias y los novios se reunieron para reflexionar sobre el amor y el compromiso en la vida cristiana. La visita a enfermos fue un momento especial de encuentro y consuelo para quienes más lo necesitan, y el colegio de la Divina Infantita se sumó con entusiasmo a todas las actividades propuestas.
Pero, quizás, uno de los aspectos más destacados de esta Misión fue la experiencia en la calle, en el encuentro con la gente. Salir a las calles, hablar con los vecinos, escuchar sus historias y compartir el amor de Dios con ellos, fue un recordatorio de la importancia de llevar el Evangelio a todos los rincones de nuestra comunidad.
En todo este movimiento, resonaron las figuras de Marta y María, haciendo alusión a la congregación que lleva el mismo nombre. Marta, activa en el servicio y en la acogida; María, atenta a la escucha y a la contemplación. Ambas actitudes estuvieron presentes en cada una de las actividades que realizamos, recordándonos que la evangelización es una llamada a actuar y a orar, a servir y a amar.
Finalmente, queremos agradecer a todos los que hicieron posible esta Misión, a quienes nos acogieron, a quienes participaron, a quienes organizaron y a quienes rezaron. Que esta experiencia nos impulse a seguir caminando con María hacia Cristo, siendo testimonio del amor y la misericordia de Dios en nuestras vidas y en nuestro mundo.
Equipo de pastoral de la Parroquia de El Sagrario