El domingo 28 de julio se celebró en toda la Iglesia la Jornada de los Abuelos y las Personas Mayores, que este año cumple su cuarta edición. Es una jornada joven, instituida por el papa Francisco en torno a la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. Con el lema “En la vejez no me abandones”, este año, se ha querido dirigir la mirada hacia la soledad que pueden sentir y padecer muchas personas mayores. Pero, también se ha incidido en cómo Dios no nos deja solos nunca.
En la Catedral de Guadix también se ha vivido esta jornada. Fue en la Misa de 12, presidida por el obispo, que estuvo preparada por la delegación diocesana de Familia y Vida. Fue una celebración especial, pues los abuelos y mayores que quisieron se pudieron acercar al altar para recibir la bendición del Señor de manos del obispo.
En la homilía, Mons. Francisco Jesús Orozco comentó el Evangelio que presentaba la liturgia, el de la multiplicación de los panes y los peces. También hizo referencia a la gala de apertura de los Juegos Olímpicos de Paris, en la que hubo una mofa contra los cristianos de todo el mundo. “Solo pedimos respeto, respeto a nuestros credos, a nuestra fe religiosa, a nuestra sensibilidad”, dijo el obispo refiriéndose a ese espectáculo que ya ha sido rechazado por las Conferencias Episcopales de Francia y España.
Pero, sobre todo, el obispo hizo referencia a esta Jornada de los Abuelos y Mayores, recordando, como dice el papa Francisco, que, en la cultura dominante del descarte, los abuelos no pueden ni deben ser considerados descarte. En la Iglesia jamás seréis descarte porque tenéis mucho que dar, les vino a decir el obispo, al tiempo que les recordaba que “la iglesia pide que os sintáis siempre protagonistas en la iglesia y en el mundo”. Y recordó, además, que ese “mucho que hacer” también pasa por la transmisión de la fe a los nietos y a los demás miembros de la familia.
“La iglesia y la sociedad os deben mucho y, también, siguen esperando mucho de vosotros en la vejez”, les dijo el obispo, antes de terminar.
Tras la homilía, varias decenas de mayores, los que quisieron, se acercaron al altar para recibir la bendición y un aplauso de felicitación, que comenzó el obispo y lo secundaron todos.
Terminó la celebración con la oración preparada para esta jornada, de petición por los mayores, pero, también, de acción de gracias por los años vividos.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix