Todas las parroquias de la diócesis vivieron la apertura del Jubileo de la Esperanza en la Catedral de Guadix
El domingo 29 de diciembre se abrió, como templo jubilar, la Catedral de Guadix, en una celebración que congregó a fieles y sacerdotes de toda la diócesis. Como en el resto de la Iglesia, ese domingo comenzó el Año Jubilar de la Esperanza en nuestra diócesis, a petición del Papa, que ha querido que el Jubileo de Roma 2025 se pueda vivir también en cada una de las diócesis del mundo. Y así se puede hacer, desde ayer, ya en la diócesis de Guadix.
Todas las parroquias de la diócesis estaban convocadas y fueron muchos, muchísimos, los fieles que llegaron desde todos los rincones de la diócesis, acompañados por sus párrocos y con las cruces parroquiales. También las hermandades estaban convocadas y se vieron muchos estandartes de hermandad en la peregrinación. Y, aunque la mañana estaba fría en lo meteorológico, sí que se vivió este inicio del Año Jubilar con mucho calor y con la participación de todos.
Peregrinos
La celebración comenzó con una peregrinación, desde la iglesia de Santiago hasta la Catedral. No podía ser de otra manera, dado que el lema con el que se presenta el Año Jubilar es “peregrinos de esperanza”. Por tanto, había que comenzar peregrinando. Y así se hizo en Guadix.
En Santiago se dieron cita las parroquias, las hermandades, los sacerdotes, el obispo y muchos fieles. Allí tuvo lugar la lectura de un texto de la bula Spes non confundit, con la que el papa Francisco convocaba el Jubileo. Iniciada la peregrinación, todos se dirigieron hacia la Plaza de la Constitución, camino de la Catedral.
La peregrinación contó, también, con la presencia de tres imágenes significativas: la de San Torcuato, de Pozo Iglesias, anejo de Cúllar; la del Niño Jesús de la Divina Misericordia, de la Hermandad de las Lágrimas, de Guadix; y la imagen del Dulce Nombre de Jesús, de la Hermandad de los Favores, también de Guadix. Las imágenes de Jesús Niño se justificaban por los días de Navidad y la fiesta de la Sagrada Familia. La imagen de San Torcuato, de Pozo Iglesias, muy bonita, recordaba que todo este curso pastoral estamos llamados a caminar “con San Torcuato, esperanza que no defrauda”, como se titula la Carta Pastoral de inicio de curso del obispo de Guadix.
En la plaza de la Constitución hubo un acto en torno a la Palabra de Dios, que ya ocupó un lugar principal en el recorrido hacia la Catedral, donde tuvo lugar un acto bautismal de renovación de la fe y bendición de los asistentes. El obispo asperjó con agua bendita a quienes entraban al templo jubilar, que abría sus puertas para acoger a todos.
Misa Pontifical
Ya en la Catedral, la jornada continuó con la celebración de la Eucaristía, presidida por D. Francisco Jesús Orozco, en la que invitó a celebrar el Jubileo, pero también la fiesta de la Sagrada Familia, tal y como marcaba la liturgia del día.
En la homilía, el obispo recordó qué es un Año Jubilar y qué son las indulgencias que se pueden lucrar y cómo conseguirlas. Pero, sobre todo, habló de la esperanza y de cómo necesitamos crecer en esperanza.
“La esperanza auténtica y verdadera, que da sentido a todas las esperanzas del mundo y del hombre, es Jesucristo” dijo el obispo, al tiempo que recordaba que “esa esperanza nos pide que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios que es el sueño de un mundo nuevo donde reina la paz y la justicia”. Y que exige de nosotros: “la esperanza que ha nacido en Navidad no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda a su propio bienestar, y tenemos el peligro de acomodarnos en esa apatía y en esa tibieza; es una esperanza que no admite ni la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse ni el cálculo de quien solo piensa en sí mismo; esperanza que es incompatible con la vida tranquila de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen, sobre la piel especialmente de los más pobres y desvalidos”.
Recordó el obispo que, con este Jubileo, “se nos pide que hallemos en Jesucristo nuestra verdad, nuestra esperanza, para luego llevarla como peregrinos a todas las tinieblas de nuestro mundo”. Y pidió que “demos testimonio de la alegría del encuentro con el Señor que nos invita a una renovación espiritual desde la conversión y nos compromete en la transformación del mundo; vayamos allí donde parece que todo está perdido, allí donde la vida está herida, allí donde hay expectativas traicionadas, allí donde hay sueños rotos; vayamos a los fracasos que destrozan el corazón, vayamos al cansancio de quien no puede más; vayamos a la soledad amarga de quien se siente derrotado; vayamos a quien siente que el sufrimiento destruye su alma en los días largos y vacíos de tantos hombres que sufren el peso de la injusticia, presos, habitaciones estrechas y frías de los pobres en cualquier parte del mundo; vayamos a los lugares profanados por la guerra, por la violencia, por el aborto, por la eutanasia, por la cultura de la muerte y la dictadura de las ideologías; llevemos esperanza y sembremos esperanza en medio de tanta noche”.
Terminó la homilía recordando la fiesta de la Sagrada Familia. Después hubo un acto de renovación de las promesas matrimoniales de quienes celebraban sus bodas de oro y plata en su matrimonio, y la bendición de todos los matrimonios asistentes.
Face Retama, templo jubilar
El obispo de Guadix recordó que la diócesis accitana cuenta con un segundo templo jubilar, el Santuario de San Torcuato, en Face Retama. Será abierto el Año Jubilar en este templo el sábado 4 de enero, a las 12 de la mañana. Quienes quieran participar, tendrán que peregrinar hasta ese lugar tan especial, vinculado al origen de la fe en estas tierras del sur de España con San Torcuato, como testigo de la fe.
Durante todo el año, tanto en la Catedral como en el Santuario de Face Retama habrá actos jubilares y se podrán ganar las indulgencias, como prescribe la tradición de la Iglesia.
Sin duda, la apertura de este Año Jubilar de la esperanza en la diócesis de Guadix se ha vivido con sentido de fiesta y con una gran participación de las parroquias. Tanto en la marcha hacia la Catedral, como en el mismo templo catedralicio, se mezclaban los fieles de la mayor parte de todas las parroquias de la diócesis. Una convocatoria que, como nos pide el papa, nos tiene que hacer “peregrinos de esperanza2, capaces de llevar al mundo la esperanza que no defrauda, que es Jesucristo.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix