
Los seminaristas Sebastián y José Luis vivieron celebración muy especial el pasado 8 de diciembre, en la Catedral de Guadix. Los dos recibieron el Lectorado, que les faculta para leer la Palabra de Dios en la asamblea. José Luis, además, fue admitido al orden sacerdotal, que lo recibirá cuando complete su etapa de formación. Pero, con esta admisión ese día está ya más cerca.
Para los dos, tuvo palabras de felicitación y acogida el obispo de Guadix, que, en la homilía, les animó a confiar en la oración de la Iglesia para avanzar en su camino de formación, que no es fácil: “habéis comenzado un camino difícil pero bellísimo de formación”, les dijo. Y frente a esas dificultades, les animó a confiar siempre: “Dios es más fuerte que todos los obstáculos que el demonio quiera poneros en el camino”… con los ojos puestos “en María, que brilla como modelo de virtudes”.
Antes de dirigirse a los seminaristas, en la homilía de la fiesta de la Inmaculada, Mons. Orozco comenzó hablando de la Virgen María que, en ese día tan señalado nos enseña, de una parte, que el pecado existe, y, de otra, “que la victoria no la tiene el pecado, sino Cristo sobre el pecado; victoria que ya resplandece en María Santísima de modo sublime y anticipado.”
Un pecado del que no quiere ser consciente, vino a decir, nuestra sociedad. Pero “basta mirar nuestro entorno, y sobre todo dentro de cada uno de nosotros mismos, para descubrir esta realidad”. “El mal existe, el pecado existe y obviar esta realidad sería no ser conscientes de quiénes somos”, dijo D. Francisco Jesús, para terminar afirmando el amor y la misericordia de Dios, como la que tuvo con la Virgen María, preservándola de toda mancha de pecado y llenándola de gracia.
En la Misa de la Inmaculada de la Catedral, además, se presentó el himno de la Misión Diocesana que se prepara en la diócesis de Guadix para el primer trimestre de 2024. Los días fuertes de la Misión serán del 15 de febrero al 3 de marzo y contarán con la labor misionera de cuarenta religiosas de la Congregación Marta y María y de seglares vinculados a ellas.
También, en esa Misa de la Inmaculada, un año más se bailaron los seises, un privilegio del que goza la Catedral de Guadix y que tiene siglos de tradición. Terminó la celebración con una procesión claustral con la imagen de la Inmaculada, portada por niños que van a hacer este curso su Primera Comunión. Sin duda, una Misa muy solemne en uno de los días más especiales del año. Y así se vivió en la Catedral de Guadix.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix