El pasado Sábado 19 de Septiembre la Hermandad del Stmo. Cristo de la Luz de Darro celebró la fiesta que cada año organiza con motivo de la fiesta litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz.
La tarde comenzó con la celebración de la Eucaristía ofrecida por los hermanos difuntos. Se celebró la Eucaristía «por los prófugos y exiliados» del Misal Romano, recordando especialmente a los miles de refugiados que hoy en diversos lugares del mundo han perdido su casa, su tierra, su trabajo e incluso a sus seres queridos debido a la intolerancia y la violencia. En la parroquia de Darro se espera ya la llamada que el Obispo de Guadix, en comunión con toda la Iglesia y en coordinación con las instituciones civiles y humanitarias, haga a todos los diocesanos para que estemos a la altura de la exigencia del Evangelio: «tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis…» (cf. Mt 25, 35).
Seguramente no somos conscientes de la magnitud de esta tragedia. La terrible situación de los refugiados es como una gran herida abierta en el costado de la humanidad. Durante la Eucaristía, con la imagen del Cristo de la Luz sobre la grada del altar, más cerca que nunca de su pueblo, se contemplaron en las heridas de Cristo los sufrimientos de todos los seres humanos. Y mediante la fe de la Iglesia se miró el cadáver de Jesús en la cruz no como la evidencia de un fracaso, sino como un sacramento luminoso que habla de un tercer día que Dios tiene preparado para todos sus hijos.
Tras la Eucaristía la imagen del Cristo de la Luz salió en procesión por las calles del pueblo, llevada directamente a hombros y a pulso por los hermanos. No es la procesión multitudinaria de la Semana Santa, sino una breve salida, ya al declinar el día, que se celebra en un ambiente de mayor recogimiento. La tarde finalizó con la tradicional cena de hermandad en la que todos se sentaron como gran familia en torno a una misma mesa festiva.
Pablo Rodríguez Cantos,
párroco de Darro (Granada)
