

El Santuario Diocesano de Face Retama amaneció el sábado 15 de noviembre, después de una noche de lluvia, vestido de fiesta gitana. Desde primera hora, el aire fresco del otoño granadino se mezclaba con el aroma a tierra y campo mojado, unido a la alegría desbordante de las Pastorales de Guadix y Granada. Acudían en torno a 30 personas de Granada, Pedro Martínez y Fonelas para celebrar su esperado Jubileo Gitano de la diócesis de Guadix. Una jornada de fe, memoria, convivencia y profundo sentimiento eclesial.
Acogida con pañuelos y abrazos
A las 11:30 h., los peregrinos comenzaron a llegar entre saludos, abrazos y renovados encuentros, después de vivir con muchos de Granada el Jubileo Gitano en Roma, junto al Papa León XIV. La Pastoral Gitana de Guadix recibió a todos con su característica calidez, entregando las pañoletas conmemorativas que, poco a poco, fueron pintando el lugar de color y unidad. Eran signos visibles de pertenencia, de familia, de caminar juntos.
Visita guiada
A mediodía dio comienzo la visita guiada por la Capilla y el Monasterio. Los peregrinos pudieron adentrarse en la historia del Santuario, en sus rincones monásticos y en la espiritualidad que envuelve Face Retama desde hace siglos. Las explicaciones de Encarnación Sánchez Ruiz, directora del secretariado de Turismo Espiritual, despertaron no solo interés artístico y cultural, sino también emoción, al sentirse parte viva de una tradición que sigue latiendo desde San Torcuato hasta nosotros.
La Misa Gitana, corazón del Jubileo
A las 13:00 h., los sones gitanos comenzaron a elevarse. La Misa Gitana, cantada con fuerza y belleza por la Pastoral de Granada y acompañada por Guadix, llenó el templo de palmas suaves, guitarras y plegarias profundas.
Se celebró la Misa votiva de San Torcuato y de los Beatos Gitanos Ceferino Giménez Malla “El Pelé” y Emilia la Canastera, uniendo pasado y presente en un mismo altar.
La celebración fue presidida por nuestro obispo, Mons. Francisco Jesús Orozco, y concelebrada por el rector del Santuario, Antonio Fajardo, y el director del secretariado Gitano, Juan Diego Tapia.
Además de obtener el Jubileo y las indulgencias, la Eucaristía se ofreció por el eterno descanso de dos sacerdotes muy queridos: Julio Rodríguez, director del secretariado Gitano de Granada, fallecido hace mes y medio, y José Berbel, sacerdote de Guadix, que falleció el día anterior y fue miembro, en su última etapa, del arciprestazgo de Fardes–Montes, en el que se encuentra este Santuario Diocesano.
Comida compartida y visita reposada
La fraternidad continuó tras la Misa con una comida compartida donde no faltaron las risas, las anécdotas y el sabor de hogar que caracteriza a la familia gitana. Después, muchos regresaron a la Capilla para una visita más pausada que les permitió acercarse al que se considera Sepulcro de San Torcuato y contemplar el olivo santo, lugar donde la tradición señala que pudo ser martirizado el Patrón de la diócesis de Guadix.
Fue un momento de recogimiento y admiración ante la fuerza de la fe que sobrevive a los siglos.
Formación, alegría y un final de fiesta
La jornada concluyó con una formación amena y alegre sobre el libro del Éxodo (Ex 14,30), impartida por Elena Cortés Rodríguez, próxima directora del Secretariado de Pastoral Gitana de Granada. Su intervención, sencilla y cercana, enganchó a todos, convirtiéndose en una verdadera catequesis vivida en comunidad.
El día terminó como terminan las mejores celebraciones gitanas, con café, pastas, cantes y bailes, que pusieron el broche perfecto a una jornada histórica. Face Retama, este pequeño oasis espiritual, volvió a ser casa, refugio y punto de encuentro para un pueblo que celebra su fe con alma, con orgullo y con una alegría que contagia.
Juan Diego Tapia
Director del secretariado Gitano. Diócesis de Guadix

