La diócesis de Guadix celebró la Misa Crismal, como viene siendo habitual, el Martes Santo. Fue una Misa solemne, a la que asistió la mayor parte del clero diocesano. También había un importante número de fieles, distribuidos por la catedral para garantizar la separación suficiente a causa de la pandemia. Presidió la celebración el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco.
Antes de la celebración, los sacerdotes se reunieron para tener un tiempo de meditación en torno al misterio que se celebra en estos días de Semana Santa y al ministerio sacerdotal, que tiene una presencia significativa en la liturgia de estos días: el Jueves Santo se celebra la institución del sacerdocio y, en la Misa Crismal, los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales.
En la homilía, el obispo también se dirigió a los sacerdotes y les recordó esas promesas sacerdotales que un día hicieron, cuando se ordenaron, y que un año más iban a renovar. También habló de la importancia y significación de los óleos que se bendicen y consagran en el transcurso de la Misa Crismal: el Óleo de Catecúmenos, el Óleo de los Enfermos y el santo Crisma, que da nombre a toda la misa. Y por supuesto, hizo referencia a las celebraciones que vive la Iglesia y también al diócesis de Guadix: el Año Diocesano del Corazón de Jesús, el Año de la Familia Amoris Laetitia, el Año de San José,…
La Misa Crismal comenzó a las 12 del mediodía. Fue retransmitida a través de Internet y fueron muchos los que la siguieron desde la distancia, incluso desde otras regiones de España, dado que este año no se han podido desplazar hasta alguno de los pueblos de la diócesis para vivir estos días de vacaciones con la familia. Internet en este caso, sirvió una vez más de puente en la distancia.
Y, en una Misa tan sacerdotal, también estuvieron muy presentes los dos sacerdotes fallecidos recientemente, José Gómez y Santiago Sánchez, para quienes el obispo tuvo palabras de recuerdo y por quienes se ofreció la Eucaristía.
Sin duda, fue una celebración intensa, que se vivió con ganas, ya que el año pasado no se pudo celebrar con presencia de fieles ni de lo sacerdotes de la diócesis. Este año sí que ha podido ser, aunque manteniendo todas las medidas sanitarias establecidas y reduciendo mucho el aforo. Pero se pudo celebrar, como se celebrará toda la Semana Santa en cada una de las parroquias de la diócesis.
Antonio Gómez