El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, presidió el viernes 16 de abril las exequias por el sacerdote Manuel Muñoz, fallecido en la madrugada de ese día a causa de la COVID-19, tras haber estado en torno a un mes ingresado en el hospital Virgen de las Nieves de Granada. Fue el último adiós a quien durante los últimos años de su vida se encargó en el obispado del servicio pastoral de la curia diocesana y de ser el capellán de los Fossores. El aforo del templo se completó con sus familiares, amigos y feligreses de las parroquias por las cuales pasó, junto con una representación del presbiterio diocesano, al cual pertenecía.
El ataúd con el cuerpo de Manuel Muñoz fue cubierto al principio de la Eucaristía con una casulla y los evangelios, sus herramientas de trabajo durante los años que fue sacerdote. En su homilía, el obispo señaló el gran cariño que le había tomado a Don Manuel en el tiempo que llevaba conociéndolo y recordó que había muerto con las “botas puestas”, pues de su despacho del obispado se fue al hospital, donde fue ingresado. El prelado accitano repasó la trayectoria pastoral del sacerdote fallecido, sus destinos parroquiales y demás encomiendas pastorales que sus obispos le fueron encargando.
Para concluir, el obispo recordó que en poco tiempo han fallecido tres sacerdotes de nuestra diócesis y alentó a todos los allí presentes a rezar por ellos, pidiéndole “al Padre que le dé el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua». Pero, sobre todo, hizo un llamamiento a seguir rezando por las vocaciones, a hablar a los más jóvenes y niños del mucho bien que cada cura hace en una parroquia y de la necesidad de que nunca falten sacerdotes en las parroquias de la diócesis de Guadix.
José Antonio Martínez.
Delegado para el Clero