El obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, como buen pastor, se acercó a dar el pésame a los padres y familiares de Iván Hernández, el joven accitano que, tras una larga enfermedad, falleció el jueves pasado. Lloró con ellos y rezó por ellos.
Roto, también, por el dolor, porque el obispo ha estado muy cercano a los padres en la enfermedad de Iván, dijo a todos que Cristo es la esperanza cierta de que la vida no es absurda. También, expresó que, a pesar del dolor que sentía, proclamaba su fe, su esperanza y su confianza en el Señor, que no abandona a los que sufren, y mucho menos a los padres de Iván. Y rezó a la Virgen de las Angustias por ellos. El obispo fue capaz de poner aliento, consuelo y fe en una situación de dolor y conmoción intensa.
En la fotografía que ilustra esta noticia, el obispo accitano posa con Iván durante el trayecto de una de las procesiones de Semana Santa. Iván fue invitado a asistir al paso de las hermandades por la tribuna oficial, junto a las autoridades.
Descansa en paz Iván, y pide a Dios por nosotros.
Antonio Fajardo