
En un ambiente de fe, emoción y gratitud, el pueblo de Pedro Martínez vivió una jornada histórica, el sábado 26 de julio, con motivo de la bendición solemne del retablo del altar mayor de su iglesia parroquial, tras su esperada restauración integral. La ceremonia tuvo lugar dentro de la celebración de la Santa Misa del XVII Domingo del Tiempo Ordinario, presidida por el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco.
Este retablo, que acoge con dignidad el sagrario parroquial y la imagen de la Patrona del pueblo, la Santa Cruz, ha sido restaurado por los hijos de Esteban Jiménez, reconocida empresa bastetana, culminando así un anhelo largamente esperado por los feligreses. Los trabajos han supuesto la consolidación estructural del retablo, así como su policromado y dorado, realzando su belleza original y devolviéndole el esplendor con el que fue concebido, ahora como ofrenda y testimonio de amor del pueblo a su Santa Patrona.
La celebración fue vivida con profundo recogimiento y fervor, acompañada por numerosos fieles y miembros de la comunidad parroquial a los que se unió nutrido un grupo de Alamedilla . En su homilía, el obispo destacó la importancia del arte sacro como expresión de la fe y subrayó que “un retablo no es sólo una pieza de arte, sino un altar de encuentro entre el cielo y la tierra, donde Cristo nos alimenta y donde el pueblo reza”.
Al finalizar la Santa Misa, D. Francisco Jesús recorrió las calles del pueblo, saludando con cercanía y sencillez a los vecinos con los que se iba encontrando. Este gesto fue recibido con gran alegría por los feligreses, que valoraron enormemente su cercanía y su trato cordial.
Una restauración esperada
Esta restauración culmina una larga historia que arranca en 1956, cuando el entonces párroco Serafín Bernal Baena, ante el mal estado del antiguo templo parroquial y el creciente número de fieles, impulsó la construcción de una nueva iglesia.
Las obras quedaron paralizadas tras catorce años, hasta que, en 1973, el párroco Miguel Díaz Alcalá retomó con decisión las obras del nuevo templo, viendo su conclusión en 1977, año en que fue bendecido y consagrado por el obispo D. Ignacio Moguer Carmona, el 4 de diciembre.
Más tarde, en 2005, José Gabriel García, párroco entonces, consiguió el actual retablo, que fue instalado para acoger dignamente a la Santa Cruz, aunque quedó incompleto debido a su traslado.
Ahora, veinte años después, el trabajo culminado por Hijos de Esteban Jiménez ha devuelto todo su esplendor al retablo, que ya brilla como símbolo de fe y devoción del pueblo y como un regalo a la Eucaristía y a su Patrona, la Santa Cruz, para mayor gloria de Dios y santificación de su pueblo.
Rvdo. P. Antonio Manuel Quesada Montoro C.Ss.R.