El arzobispo de Granada, mons. Javier Martínez, ha presidido, en la mañana del Martes Santo, la celebración de la Misa Crismal en la catedral de Guadix. El prelado ha sido invitado por el administrador diocesano, José Francisco Serrano, a presidir la celebración, dado que la diócesis accitana se encuentra en situación de sede vacante, desde que mons. Ginés García tomase posesión de la diócesis de Getafe. La celebración tuvo lugar a las 12 de la mañana, con la asistencia de la mayor parte de los sacerdotes diocesanos y de aquellos que, venidos de otros lugares, van a celebrar la Semana Santa en parroquias la diócesis.
José Francisco Serrano, nada más comenzar la celebración, agradeció a mons. Javier Martínez que aceptara la invitación y que presidiera la Misa Crismal. Se trata esta de una Eucaristía muy especial, en la que se bendicen los Óleos y el Crisma, y los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales.
Mons. Martínez, en la homilía, habló de la significación de la Misa Crismal y de toda la Semana Santa para los cristianos: “lo que celebramos el Jueves Santo y lo que celebramos en la Misa Crismal es la fiesta de la Iglesia, la Iglesia como el hoy de Cristo que permanece en medio de su pueblo”.
También les habló a los sacerdotes, que renovaban en la Misa Crismal sus promesas sacerdotales. Les invitó a vivir siempre el ministerio como acción de gracias a Dios y a saber que la misión del sacerdote es la de ser presencia de Cristo vivo. También les animó a vivir la vida sacerdotal como una gracia y de tal manera que “quien se encuentre con nosotros pueda sentirse amado por Dios”.
En la Misa Crismal, el arzobispo bendijo los Óleos y el Crisma que van a ser utilizados durante el año en las parroquias para la administración de los Sacramentos: el Óleo de Catecúmenos, el de Enfermos y el Crisma.
Al final, los sacerdotes completaron la mañana del Martes Santo con una jornada de convivencia en el Centro Diocesano de Espiritualidad.
Antonio Gómez