«Dios tiene corazón», éste ha sido el tema desarrollado en el retiro de Adviento del sábado 28 de noviembre, celebrado en la Diócesis de Guadix, en el que han participado sacerdotes, religiosos y seglares, y que ha dirigido el Obispo accitano, Mons. Ginés García. El retiro quedó centrado en el Año de la Misericordia, que comenzará en toda la Iglesia el 8 de Diciembre, aunque en la Diócesis de Guadix se abrirá la Puerta Santa el domingo 13 de diciembre.
Al padre de la parábola del Hijo Pródigo «se le conmovieron las entrañas» al ver el estado tan degradado en el que vuelve su hijo, después de haberse alejado de la casa paterna y haber malgastado la herencia recibida de la generosidad de su padre. El pecado es un desprecio de Dios, un huir de la casa paterna y de todos sus bienes.
Con pretensión de vivir autónoma e independiente, nos olvidamos de Dios, que parece no encajar en nuestra agenda, y nos alejamos de Él, malgastamos los bienes recibidos de Dios, en obras estériles. De esta manera nuestra alma se degrada y se deteriora. El pecado, olvidado en la vida de muchos cristianos y en la predicación de muchos curas, sume a la persona en un gran envilecimiento.
Cristo es enviado por Dios Padre, todopoderoso y por ello misericordioso, para arrancar al hombre de las garras del pecado. Cristo llora ante Jerusalén porque no ha reconocido su presencia entre ellos.
Que al mirar cualquier crucifijo descubramos o recordemos el abrazo que Dios nos da a cada uno de nosotros. En la cruz resplandece la misericordia de Dios que nos restablece de la peor de las pobrezas y miserias en la que puede caer o tener la persona. Demos gracias a Dios, «porque es eterna su misericordia» (Salmo 135).
Juan Manuel Romero
Párroco de La Peza y Graena
