El obispo presidió la Vigilia Pascual en la catedral, con la que se abre el Domingo de Resurrección
“No busquéis en la noche al que ha resucitado para regalarnos la vida”, con estas palabras iniciaba el obispo de Guadix su homilía en la Vigilia Pascual, celebrada en la catedral, el Sábado Santo, a las 8 de la tarde. Fue una celebración anticipada en su horario habitual, para respetar el toque de queda establecido por las autoridades sanitarias. De esta manera, se pudo terminar antes de que este ser iniciara.
El obispo accitano, D. Francisco Jesús Orozco, ha presidido todas las celebraciones de la Semana Santa en la catedral, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, con asistencia de feligreses que, con aforo reducido, han participado en las mismas. Estas celebraciones, además, se han retrasmitido por el canal de YouTube de la catedral y no son pocos los files que han asistido a las mismas desde casa. El obispo también los ha saludado a todos en cada celebración, especialmente a los enfermos y a los que están lejos.
Y todas las celebraciones se han vivido con solemnidad, de manera singular la Vigilia Pascual en la que se celebró la resurrección del Señor. En la homilía, D. Francisco Jesús proclamó que Jesús ha resucitado y que esto es lo que vive y proclama la Iglesia: la alegría de la resurrección. E indicó varias claves para detectar si nuestra alegría es plena. La primera de esas claves es ver si vivimos en paz, porque si no hay paz en nosotros no podemos experimentar la alegría de la resurrección. Cómo tratamos a los demás, si lo hacemos con ternura, es otro indicativo. Y ser fieles, tener paciencia, no desilusionarnos es otra de las claves para saber si nos sentimos resucitados a la vida nueva que nos da Jesús: “el Señor resucitado quiere ayudarnos a vivir en el tiempo de Dios, en la paciencia de Dios”, dijo el obispo en la homilía. Y, finalmente, señaló que el no tener miedo, el no vivir con miedo, sino confiados en Dios, es otro indicativo para saber si nuestra alegría es plena.
Sin duda fue una celebración solemne la Vigila Pascual vivida en la catedral accitana. Una celebración que se repitió en algunas parroquias de la diócesis, aunque no en todas, dado que el toque de queda impedía que se pudiesen celebrar durante la noche. Donde se celebró, hubo que adelantarla a final de la tarde, como ocurrió en Guadix. Donde no, la Misa del Domingo de Resurrección será vivida con la mayor alegría y solemnidad para proclamar que Cristo resucitó y vive, y nos contagia de vida y alegría a todos, a la Iglesia y al mundo. Este es el culmen de la Semana Santa y es lo que da sentido y esperanza a los cristianos: que el Señor Jesús, que murió por nosotros en la cruz, resucitó para que todos tengamos vida. Y esa vida, que se expresa con alegría y está llamada a ser contagiada, es lo que celebra la Iglesia en este Domingo de Resurrección.
Antonio Gómez