
En el cementerio de Huéscar, se celebró el pasado martes 1 de noviembre la Misa en la solemnidad de Todos los Santos. Es un día de fiesta que muchos fieles cristianos aprovechan para visitar el cementerio, lugar en donde están enterrados sus difuntos, y rezar por ellos.
La Misa estuvo presidida por el párroco de Huéscar, acompañado del vicario parroquial, el diacono y el sacerdote José Díaz, hijo del pueblo. En la homilía, el párroco invitó a hacer memoria de los seres queridos que han partido y reconocer en muchos de ellos esos «santos de la puerta de al lado», como dice el Papa Francisco, es decir, hermanos y hermanas nuestras que vivieron el amor al prójimo, la entrega y sacrificio de sí. Invitó a los presentes a «caminar por los caminos de la santidad, que no es algo reservado a unos pocos, sino que es una invitación a todos los bautizados, encendiendo la llama de la fe, la esperanza y el amor, allí donde Dios nos pide vivir, aprovechando lo cotidiano que nos ofrece el Señor».
Al día siguiente, se celebraba el Día de los Difuntos y, en la parroquia, hubo un funeral por todos ellos al final de la tarde.
Cuando terminó la Santa Misa, se volvió a cumplir la tradición, que data de una visita pastoral del 1650 a Huéscar por parte del cardenal de Toledo, que realizó con el clero una procesión en el interior los iglesia rezando responsos en cada puerta y altar mayor. Siguiendo la costumbre, se rezó un responso en cada una de la cancelas del templo de Santa María. Esto se hacía debido a que la propia iglesia era el cementerio del pueblo y los responsos estaban dedicados a los que allí estaban enterrados.
Esta es la transcripción literal donde se relata lo sucedido en 1650.
«Y luego se salió en procesión a le cuerpo de la dicha Iglesia junto al coro y cantó el dicho clero un responso, y luego en la puerta principal de la dicha Iglesia se dijo otro con su oración, y prosiguió la dicha procesión y en medio de la dicha Iglesia se dijo otro responso y oración cantada por los difuntos, y con la dicha procesión se fue a la capilla mayor de la dicha iglesia donde se dijo otro responso general,»
También se preparó un lugar donde las persona que quisieron pudieron poner el nombre de sus difuntos al pie del altar, para rezar por ellos.
José Antonio Martínez
Párroco de Santa María. Huéscar