El sábado 8 de julio, Cáritas parroquial de Huéscar organizó una convivencia en la ermita de la Virgen de la Cabeza. Al amanecer, un numeroso grupo partió a pie hasta la ermita. Tras una pequeña oración, se comenzó el camino. Fueron ocho kilómetros de camino, una hora y media, para compartir, reflexionar, acompañar los más jóvenes a las personas más mayores, recoger un pequeño símbolo para la Eucaristía,… Un largo camino de convivencia.
Tras la llegada, hubo un saludo a la Virgen de la Cabeza y se le rezó la Salve. Después, a las 10 de la mañana, el párroco, José Antonio Martínez, celebró la Eucaristía en la ermita, en la que participaron niños, jóvenes y mayores. Y, sobre todo, en un lugar emblemático para todos los oscenses. Fue una Eucaristía muy emotiva.
Al terminar, hubo una visita guiada a la ermita y sus alrededores, dirigida por Manuel Carrasco, que sirvió para conocer la Historia de Huéscar y los orígenes de esa devoción a la Virgen de la Cabeza.
Niños, jóvenes y no tan jóvenes disfrutaron de una yinkana organizada por los responsables de Cáritas. Fueron momentos para desconectar, disfrutar y para reír.
Fue una jornada especial, gracias a la hermandad de la Virgen de la Cabeza y sus hermanos, que recibieron al grupo de una forma excepcional, ya que desde el primer momento desde que se programó la actividad colaboraron para que fuera así.
Desde la parroquia y desde Cáritas de Huéscar, se quiere agradecer a la Hermandad de la Virgen de la Cabeza su gran acogida, a la vez que se pide a sus sagrados titulares que sigan bendiciendo a las personas que en ella colaboran.
Mª Carmen Chillón Guillén. Trabajadora Social