

La tarde del sábado 22 de noviembre fue un momento sencillo y precioso para la parroquia de El Sagrario, de Guadix. En la Casa Hermandad de la Virgen de la Esperanza se reunieron las Hermandades de la Virgen de los Dolores, del Santísimo Cristo de la Obediencia y María Santísima del Mayor Amor, de la Virgen de la Esperanza, de la Virgen del Rocío y la del Santísimo de la Catedral. Más que un acto formal, fue una convivencia de familia.
Desde el principio se notó un buen ambiente. Caras conocidas, saludos, ganas de hablar y de escuchar. Muchos se conocen de años, otros se van incorporando poco a poco a la vida de las hermandades, pero todos compartían lo mismo: el deseo de vivir la fe en comunidad y de caminar unidos.
No se trataba de hablar solo de procesiones, enseres o estrenos. El objetivo era otro: encontrarse, compartir y pensar juntos cómo ser más parroquia. Las hermandades tienen una fuerza grande en la vida de la Iglesia y de nuestra ciudad de Guadix, pero corren el riesgo de quedarse cada una en «lo suyo». Esta convivencia quería ser un paso para evitar eso y para abrir más las puertas entre todos.
Hubo tiempo de conversación, de intercambio de ideas y también de comentar preocupaciones y proyectos. «Queremos hacer parroquia», se repetía en varios momentos. Y hacer parroquia significa sentir que no estamos solos, que formamos parte de una misma comunidad en torno al Señor. Hubo, como no podía faltar, un rato de compartir en la mesa. Ese «mejor compartir» no fue solo de comida, sino también de tiempo, de escucha y de amistad. En lo sencillo, se reconocía la presencia del Señor que une a sus hijos. Eso es lo que, con humildad, se ha querido sembrar en esta convivencia de hermandades.
Al terminar, quedaba un sentimiento común de agradecimiento. A la Hermandad de la Virgen de la Esperanza por la acogida; a todos los que se hicieron presentes; y, sobre todo, a Dios, que sigue llamando a nuestras hermandades a vivir la fe con más unidad y sencillez.
José Francisco Serrano
Párroco de El Sagrario, de Guadix

