
“Abrazando la vida, construimos esperanza”, con este sugerente lema se presenta la Jornada por la Vida que celebra la Iglesia el 25 de marzo, festividad de la Encarnación del Señor o de la Anunciación. Se trata de una jornada en la que la Iglesia celebra el misterio del Dios hecho carne, uno de nosotros, para salvarnos. Por eso, la Iglesia celebra en este día la Jornada por la Vida, para recordarnos que tenemos que cuidar la vida siempre, en todas sus dimensiones, desde el comienzo hasta el final, y, por supuesto, que tenemos que defenderla.
Celebraciones en la Catedral
En la diócesis de Guadix, la delegación de Familia y Vida anima a todas las parroquias tener presente esta celebración. También en la Catedral, donde se han preparado varias celebraciones en torno a la vida, a las que estamos invitados todos.
Así, el mismo 25 de marzo, martes, habrá una Vigilia de oración por la Vida. Será en la Catedral, a las 20:00h y estará presidida por el obispo, D. Francisco Jesús Orozco.
Al día siguiente, el 26 de marzo, también en la Catedral y a las 8 de la tarde, habrá una Hora Santa por el derecho universal a nacer.
Otra Hora Santa es la que ha programado para el jueves 27 de marzo, en este caso para rezar por los derechos de las embarazadas en dificultades. También será en la Catedral, a las 8 de la tarde.
Finalmente, el viernes 28 de marzo habrá una Hora Santa por el derecho a morir cristianamente. Como las demás, será en la Catedral, a las 20:00h.
Mensaje de los obispos
Con motivo de esta Jornada, los obispos de la subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida, de la CEE, han publicado un mensaje en el que recuerdan que necesitamos encontrar un sentido profundo a la vida, más allá del materialismo y de la satisfacción inmediata. Hablan del amor conyugal y la apertura a la vida como signos de esperanza en una sociedad afectada por el «invierno demográfico», acrecentado por la alarmante disminución de la natalidad y el alto número de abortos.
Terminan su mensaje los obispos proponiendo que “es crucial que la sociedad impulse políticas públicas que no solo protejan a las familias, sino que también favorezcan un entorno económico y social propicio para que los jóvenes puedan formar familias con estabilidad. Esto incluye asegurar empleos dignos y estables, un salario justo, una vivienda adecuada y ofrecer incentivos que disuadan de la emigración. Además, es fundamental promover una cultura que valore el amor conyugal como base para la vida”
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix