El jueves pasado se celebró la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. Se trata de una fiesta en la que los sacerdotes de la diócesis de Guadix se reúnen para compartir una jornada de oración y de convivencia. Y así se hizo el 24 de mayo, en el Centro Diocesano de Espiritualidad, de Guadix. Se dieron cita la mayor parte de los sacerdotes de la diócesis, jóvenes y mayores, y rezaron juntos. El administrador diocesano, José Francisco Serrano, habló de algunas de las iniciativas que están programadas y, sobre todo, de cómo habrá de encarar el próximo curso pastoral, a la vuelta del verano, que se puede iniciar -aunque no se sabe nada- todavía con la sede episcopal vacante.
Además, en el día de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el clero accitano celebra las bodas de oro o de plata de los sacerdotes que cumplen 50 o 25 años de sacerdocio. Este año, además, se han celebrado las bodas de diamante del sacerdote accitano Manuel Ruiz Ariza, que cuplé 65 años como sacerdote, y que no pudo asistir por encontrarse enfermo, aunque envió un mensaje con el que estuvo presente, también, en la celebración.
Junto a Manuel Ariza, el sacerdote Salvador Cifuentes Hortal celebró sus bodas de plata sacerdotales, al cumplirse 25 años de su ordenación. Salva, como todos le conocen, agradeció al Señor su vocación, y a su familia y a los feligreses y amigos que ha tenido por donde ha pasado, su comprensión y su cariño.
También las religiosas que atienden el Centro Diocesano de Espiritualidad, las Misioneras de Cristo sacerdote, celebran el día de su congregación en esa fiesta litúrgica y fueron felicitadas por los sacerdotes.
Sin duda, esta fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno se vive en la diócesis de Guadix con alegría y con muchos motivos para celebrarla.
Antonio Gómez