El Cardenal Arzobispo Béchara Boutros Raï se ha reunido en audiencia con nuestro Arzobispo y juntos concelebran la Santa Misa en conmemoración del fallecimiento de la Sierva de Dios Isabel La Católica.
El Patriarca de Antioquía y Metropolitano de la Iglesia Católica Maronita, cardenal arzobispo Béchara Boutros Raï, estuvo el pasado sábado día 25 en visita privada en Granada, donde ha tenido ocasión de reunirse con nuestro Arzobispo D. Javier Martínez.
Asimismo, el cardenal arzobispo de la Iglesia Maronita fue invitado a participar, concelebrando junto a nuestro Arzobispo, la Eucaristía en la capilla del monasterio de San Jerónimo, con motivo de la Santa Misa celebrada en conmemoración del 513 aniversario del fallecimiento de la Sierva de Dios Isabel La Católica, a la que asistieron los Caballeros y Damas de Isabel La Católica y fieles en general.
La presencia en nuestra Diócesis del Patriarca de Antioquía, procedente del Líbano, ha servido para acrecentar aún más la comunión con nuestros hermanos cristianos de Oriente Medio, y recordarnos una vez más que el cristianismo nació en esas tierras para después expandirse a todo el mundo, por lo que -señaló el Patriarca- no se consideran una minoría religiosa, ya que llevan allí 2000 años, “con iglesias y pueblos cristianos arraigados con raíces allí y firmes en la fe”. Son pueblos miembros del mismo Cuerpo de Cristo, junto con nosotros, y todos somos uno en Cristo Jesús.
En una alocución dirigida a los fieles congregados en la Santa Misa, el Patriarca Maronita subrayó la conciencia de los cristianos de Oriente Medio para sostener la fe católica, determinando así toda su vida.
ATENTADO EN EGIPTO
En la Santa Misa, se oró por las víctimas del atentado que tuvo lugar la víspera, el día 24, en una mezquita en el Sinaí, en Egipto. “Un golpe tremendo. Egipto era un país donde también se vivía en paz”, señalaba nuestro Arzobispo recordando los años en que, junto a un grupo de jóvenes en el año 1985, viajaba por este país sintiéndose seguros. Y es que los cristianos en Egipto, y en otras partes de Oriente Medio, han podido convivir con sus hermanos musulmanes, hasta que los intereses mundiales provocan, desde hace años, guerras, mermando a las comunidades de cristianos y de distintas tradiciones religiosas en esta parte del mundo.
IGLESIA MARONITA
La Iglesia maronita nació en el siglo IV en torno a un monje, san Marón, en las montañas del Líbano. Junto a él fueron surgiendo comunidades de monjes en monasterios distribuidos, y siempre han estado unidos a la Iglesia Católica de Roma. Son de tradición siríaca, en la liturgia y en la lengua, y desde su origen se han mantenido fieles en la fe, frente a la invasión del islam, “con una fortaleza que ha costado muchos mártires y sufrimientos, pero, al mismo tiempo, con una gran fidelidad”, que es testimonio para nosotros, explicaba nuestro Arzobispo a los fieles congregados en la Santa Misa el pasado día 25.
Una fidelidad guiada por la figura de la Virgen: “Es sorprendente el amor que la tradición siríaca en general, y la tradición maronita en particular, tiene a la Virgen”, subrayó. En este punto, nuestro arzobispo recordó que cerca de Beirut, en lo alto de un monte, hay una imagen de la Virgen, que está iluminada toda la noche y recuerda, en una ocasión sobrevolando este monte en avión, la gran cantidad de gente rezando “que había ido por su cuenta”, para pedir a la Virgen la protección y la gracia de mantenerse fieles en la fe en los momentos difíciles.
Paqui Pallarés