El pasado viernes, 28 de enero, tuvo lugar en la parroquia Regina Mundi la Confirmación de un grupo de 21 alumnos que recibieron el sacramento de manos de nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, acompañados por sus catequistas y familiares.
La parroquia del Regina Mundi acogió el día 28 de enero la Confirmación de un grupo de 21 jóvenes de 2º de bachillerato que estuvieron acompañados por Mons. Javier Martínez quien les impuso las manos y los ungió con el óleo sagrado.
Antes del inicio de la Misa, los jóvenes vivieron un momento de oración preparatoria y en acción de gracias en la capilla junto a sus catequistas: “La fe que compartieron en el momento previo, convencidos de su fe, dando las gracias por la fe recibida, las catequesis en estos años, por sus familias, por el colegio y por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl fue muy emotivo”, asegura Sor Juani, responsable de catequesis en el colegio Regina Mundi.
Después de esta breve oración los jóvenes recibieron como regalo por parte del colegio una cruz de plata que todos lucieron durante la Eucaristía en la que recibieron de manos del Arzobispo la bendición y la unción con el óleo sagrado después de tiempo de preparación en el que los catecúmenos completan con este sacramento su camino de iniciación cristiana.
Los nuevos confirmandos estuvieron acompañados en este importante momento también por sus familiares, amigos, y los miembros del profesorado del colegio.
DECIR “SÍ” AL AMOR
Durante su homilía Mons. Martínez alertó del peligro del escepticismo: “Mi misión es impedir que surja el escepticismo, no hay ningún motivo para que surja, que no venís aquí a decir que vais a ser buenos. No sois vosotros los que confirmáis nada, la recitación del Credo es decir que sí a un amor que tiene una forma y un significado nupcial, es decirle a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, que le conocéis, que podéis esperar de Él lo que no podéis esperar ni de quienes más os quieren en este mundo. Nadie es capaz de perdonaros sin límite, solo Dios puede hacer eso”, destacó.
Después de recibir este sacramento, los jóvenes podrán continuar su proceso de maduración en la fe dentro del las juventudes marianas vicencianas hasta los 30 años, y posteriormente como adultos también con catequesis y grupos de oración.
“El mensaje principal transmitido a estos jóvenes ha sido el de ser testigos de Jesús, especialmente en esta nueva etapa que comienzan en la universidad”, afirma Sor Juani.
María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
