“Te pedimos Señor por quienes rechazan o tienen dificultad para vivir la fe de su Bautismo”

Reflexión y oración en la Estación de penitencia en la Catedral de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor, el Viernes Santo.

Del Santo Evangelio según San Juan: “José de Arimatea”, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó. Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y aloe. Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos”.

Señor del Descendimiento, en aquella primera noche de Viernes Santo, que hoy actualizamos, llegó el momento de sepultar tu cuerpo. José de Arimatea, Nicodemo y San Juan lo retiraron de los brazos de tu Madre, que quedó en completa Soledad. Entonces, te envolvieron en un lienzo blanco y te condujeron al lugar dispuesto para que descendieras hasta las entrañas de la tierra. Allí depositaron tu Divino Cuerpo con sumo respeto, lo miraron como ahora hacemos nosotros y con el corazón dolorido y asombrado se retiraron. El Dios, creador y autor de la vida, quedaba sujeto a la profundidad de la tierra y expuesto a la desaparición. Ya se había logrado eliminar de la vista a quien era “imagen visible de Dios invisible”. Y entonces, cuando algunos pensaron haber derrotado a Dios y suprimido su presencia; cuando otros sufrían y añoraban su cercanía y cuando otros rezaban –como hacemos nosotros ahora- con la confianza de saber que Dios nunca abandona, era el momento en que todo empezaba a ser nuevo. Y quienes creyeron eliminar a Dios, recibieron la responsabilidad de aceptarlo en sus vidas.

Te pedimos Señor, por esta Cofradía y Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y por la comunidad de Monjas Jerónimas del Monasterio donde tiene su sede. También queremos pedirte por quienes rechazan o tienen dificultad para vivir la fe de su Bautismo, para que se puedan encontrar contigo Resucitado.

ORACIÓN:
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

Francisco Tejerizo
Vicario Territorial de la Zona I

Plaza de las Pasiegas (Granada)
19 de abril de 2019

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