“Señor Jesús, enséñanos a aceptar la voluntad del Padre, a ser discípulos tuyos”

Reflexión de D. Antonio Muñoz Osorio en la Plaza de las Pasiegas ante la Sagrada Imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, en la estación de penitencia del Jueves Santo, de la Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima de la Estrella.

“Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota” (Jn 19, 16-17).

Ya había acabado la tortura, la flagelación, la coronación de espinas y las injurias sangrantes que Cristo padeció en el interior del palacio de Pilato. ¡Que momentos más dolorosos: la infamia de los soldados, el escarnio del falso acatamiento, la burla de las genuflexiones, los golpes en la cabeza y los salivazos en el rostro de aquellos que no tuvieron compasión de Él! Al dolor físico se une el dolor moral.

Y ahora cargan la cruz sobre los hombros de Jesús. El Hijo de Dios camina con la cruz a cuestas para salvar a los hijos de los hombres.

Señor, tú vas como varón de dolores, despreciado y desestimado. Tú soportaste nuestros sufrimientos y aguantaste nuestros dolores…, fuiste traspasado por nuestras rebeliones y triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron… Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca: como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron.

Señor Jesús, Maestro desde la cruz, enséñanos a aceptar la voluntad del Padre, a ser discípulos tuyos, a saber tomar nuestra propia cruz, a seguirte siempre. Danos la verdadera sabiduría para saber aceptar y entender la cruz como camino que nos lleva a la gloria de la resurrección.

Ilumínanos con tu amor para que nunca flagelemos a nadie, ni coronemos con espinas, ni nos burlemos de los débiles, ni ejerzamos la violencia física o moral, ni echemos cruces sobre los hombros de los hermanos. ¡Ayúdanos a estar siempre dispuestos a salvar y nunca a condenar!

Padre Nuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.
Amén

Antonio Muñoz Osorio
Canónigo S.I Catedral de Granada
29 de marzo de 2018
Plaza de las Pasiegas, Jueves Santo

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