Sor María Carlota Martínez Andrés, religiosa mejicana y residente en nuestra Diócesis, profesó los votos perpetuos en la Congregación de la Visitación de Santa María, el domingo 24 de enero, en la fiesta de su fundador san Francisco de Sales.
La celebración estuvo presidida por nuestro Arzobispo y concelebraron la Eucaristía otros sacerdotes diocesanos, en el Monasterio de la Visitación de Santa María, situado en el Cerrillo de Maracena.
Antes de la homilía del Arzobispo, la religiosa se presentó y expuso su petición para ser recibida en la profesión en el Monasterio de la Visitación y consagrar en él toda su vida, a lo que la Madre Superiora de la Comunidad respondió que era aceptada.
«Yo creo que la figura de san Francisco de Sales con todo su afecto por el ser humano, y por el ser humano en su debilidad y consciente por esa debilidad, es justamente una expresión preciosa de la misericordia del Señor. Y de la actualidad de la fecundidad de ese pastor, que es san Francisco de Sales, pues lo que estamos celebrando esta tarde, que es una celebración nupcial peculiar, porque lo del paño negro, veréis, hace referencia a la muerte, pero la muerte, para nosotros cristianos, nunca es lo último, es solo un paso para la vida. Y desde los primeros siglos cristianos la consagración al Señor es siempre expresión de la vida de la Iglesia, es siempre un hacer visible el misterio profundo de la Iglesia. El misterio profundo de la Iglesia es que la Iglesia es la esposa de Cristo, que Él con su amor hace inmaculada y santa, que Él con su amor le permite no vivir ya para sí misma, o sea, que no vivamos ya para nosotros mismos, sino para aquel que ha dado la vida por nosotros».
El padre y el hermano de sor María Carlota estuvieron presentes en la celebración de la profesión de los votos, y otros amigos y familiares de la religiosas participaron en la Eucaristía.
Al término de la celebración, Mons. Javier Martínez dio a besar a todas las personas presentes la reliquia de san Francisco de Sales que se conserva en el Monasterio de la Visitación de Santa María de Granada.
CONSAGRACIÓN A DIOS
Sor María Carlota es mejicana, sintió su vocación hace más de cinco años, cuando vivía en la Ciudad de Méjico, a través de unos amigos. Ahora lleva un año viviendo en nuestra Diócesis, en el convento de las hermanas salesas de la Visitación de Santa María.
Tras probar la experiencia de vida religiosa a la que fue invitada, la hermana María Carlota vivió seis meses de postulantado, dos años de novicia, y tres años más de vida contemplativa en la Congregación viviendo los votos de pobreza, castidad y obediencia más plenamente.
GUARDIA DE HONOR DEL SAGRADO CORAZÓN
Tras la Eucaristía, el Arzobispo bendijo e impuso las medallas de la Guardia de honor del Sagrado Corazón a una mujer, a tres jóvenes y a los familiares de sor María Carlota.
La Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús (Hora de Presencia al Corazón de Jesús) es una Asociación Pública Universal de Fieles (erigida por la Sede Apostólica) nacida el 13 de marzo de 1863 en el monasterio de la Visitación de Santa María de Bourg en Bresse (Francia). Su fundadora y promotora fue Sor María del Sagrado Corazón Bernaud que, inspirada por el lamento del Señor: «Busqué quien me consolará y no lo hallé», reunió a un grupo de personas que por turnos de hora se entregaran al amor y reparación del Corazón de Jesús.
En la ceremonia, estaba colocado junto al altar un estandarte con el símbolo de la Asociación, que es un cuadrante con el Corazón Traspasado de Jesús y, a su alrededor, una corona de doce estrellas que marcan las horas del día, y en la que están inscritos los nombres de los asociados, cada uno en la hora que ha elegido para acompañar a Jesús.
Cualquier fiel católico puede pertenecer a la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús. Para ello, hay que acudir a cualquiera de los monasterios de la Visitación de Santa María e informarse allí de cuales son los requisitios.
