«María es para nosotros un referente, un recuerdo constante del amor que Dios siente por cada uno de nosotros», señaló el sacerdote D. Francisco Fernández Román durante su homilía.
El jueves, 1 de septiembre, han empezado los cultos a la Santísima Virgen de las Angustias de Granada. La Subdelegada del Gobierno en Granada, el Coronel Jefe de la Guardia Civil en Granada y el Jefe Superior de Policía de Granada han participado en la Eucaristía de las doce de la mañana en la Basílica de la Virgen. Todos han sido recibidos por el Hermano Mayor de la Hermandad Sacramental de la Virgen de las Angustias, Francisco Salazar Rodríguez, acompañado de los miembros de su Junta de Gobierno, quien ha saludado a todos con mucho afecto, en la portada de la Basílica.
La Eucaristía ha sido presidida por el sacerdote, D. Francisco Fernández Román, Esclavo de María y de los pobres, acompañado por D. Blas Gerardo Gordo Jiménez, Párroco de la Basílica y el seminarista de la parroquia de la Virgen, D. Javier Peña.
En su homilía D. Francisco ha saludado con afecto a las autoridades presentes, a todos los miembros de la Hermandad, sacerdotes concelebrantes y a todos los fieles participantes en la celebración eucarística; a continuación, ha manifestado que si hoy estamos aquí, honrando a nuestra madre, la Virgen María, en estos cultos, que se prolongarán a lo largo de todo el mes de septiembre, es porque queremos tener como modelo de nuestra vida a nuestra Madre la Virgen María, que nos da ejemplo del amor que Ella tuvo siempre a su Hijo Jesucristo. Siguió diciendo: «María es para nosotros un referente, un recuerdo constante del amor que Dios siente por cada uno de nosotros. María nos recuerda que Dios es amor para nosotros y también nos recuerda este amor que tenemos que tener hacia los demás. Una devoción verdadera a la Virgen, manejada por la fe y por la confianza sincera en Dios, significa para todos nosotros demostrar un amor desinteresado, como Dios nos tiene a todos nosotros». Hizo alusión a los tres pastorcillos de Fátima y nos explicó cómo Lucía veía a la Virgen y escuchaba lo que les decía; Jacinta sólo escuchaba lo que la Virgen decía y Francisco sólo la veía. Cuando le preguntaban a Francisco que por qué iba, si sólo podía verla, contestaba que a él le llenaba de gozo y alegría poder contemplarla. Así nosotros hemos venido a esta celebración porque nos gusta verla y porque sabemos que con sólo su presencia, su testimonio y su propia vida, aprendemos a ser mejores. Terminó su homilía diciendo: «Queridos hermanos con esa confianza, con esta enseñanza de María, vamos a disponernos a vivir estas celebraciones, aprendiendo de Ella y sobre todo imitándola. Que así sea».
Al terminar la Eucaristía se hicieron una foto recuerdo en la escalinata del altar mayor y seguidamente pasaron al Camarín de la Santísima Virgen, donde el Hermano Mayor, D. Francisco Salazar, les ha saludado de nuevo y les ha explicado brevemente el significado de esta Capilla de la Virgen.
Por último, en la sala capitular de la Hermandad, pudieron contemplar los dos mantos que allí se exhiben: el de la Ciudad y el de la Duquesa de Pastrana, manifestando su satisfacción por la participación en este primer día de los cultos a la Santísima Virgen y por las atenciones recibidas, tanto por la Parroquia como por la Hermandad.
Antonio Mezcua Roelas