La fotografía es de Sergio Aguayo Castillo y en ella se muestra un primer plano parcial de la cara de la Virgen de la Esperanza, en blanco y negro, con tres lágrimas.
Un primerísimo primer plano parcial de la cara de la Virgen de la Esperanza, en blanco y negro. Simplemente.
Álvaro Luis Barea Piñar presentó el sábado el segundo cartel 1718-2018, editado por la cofradía para conmemorar el tercer centenario de la hechura de la talla de José Risueño. La fotografía, de Sergio Aguayo Castillo. Presentador y fotógrafo, ambos, hermanos de nuestra corporación.
Qué es la Esperanza, fue el hilo conductor del texto de Álvaro Barea -introducido por su «padrino», Rafael Alcalá- para dar a conocer la instantánea que protagoniza este segundo cartel.
Su experiencia personal y lo que la esperanza es para los demás a través de la imagen de la Esperanza. «Un casi nada» de la Esperanza, que en el fondo lo es «todo». Las tres lágrimas que la foto recoge de la Niña de Santa Ana, han sido la necesidad, la obligación y la virtud. A partir de esos tres conceptos, con cariño y argumentalmente, la prosa y el verso de Barea fueron definiendo su esperanza, -Candela, su hija- la de su familia, la de los hermanos y amigos reflejados anónimamente en el mismo y la de la sociedad en general. Sin extenderse más de lo necesario, en la iglesia de Santa Ana, llena, junto a Ella; Álvaro nos ha exhortado a «creer, sentir, buscar, regalar», respirar y vivir Esperanza.
Muy aplaudida por los asistentes la presentación, el hermano mayor de la cofradía, Francisco Fernández, agradeció la misma e hizo entrega a Álvaro Barea y Sergio Aguayo autores de texto y fotografía, respectivamente, de sendos recuerdos.
Cofradía La Esperanza