Penitencia y conversión

Intervención del Arzobispo de Granada durante la Eucaristía del Miércoles de Ceniza. El Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, ha invitado a los fieles, especialmente en este tiempo de Cuaresma, a acudir al Sacramento de la Penitencia y convertirse. Así lo expresó durante la homilía del Miércoles de Ceniza, que tuvo lugar el día 25, en la Catedral, y con la que da comienzo los actos litúrgicos de Semana Santa.

“La Cuaresma es un momento especial para acercarse de manera más verdadera, más reposada, más intensa al perdón de los pecados, que el Señor tiene siempre disponible para nosotros y que tiene un valor extraordinariamente grande para curar las heridas del corazón. El sacramento de la penitencia no es el sacrificio. El pecado nos empequeñece, nos empobrece”, señaló Mons. Martínez, al mismo tiempo que recordó que en el Sacramento de la Reconciliación “la figura del sacerdote es puro mediador de Cristo” y que “la penitencia es ante todo un abrazo que el Señor renueva para nosotros”. 

Durante su intervención, D. Javier Martínez reconoció que nos resulta difícil acudir a la Penitencia por dos motivos: “Porque el pecado nos escandaliza primero a nosotros mismos” y “porque hemos perdido conciencia de que nuestra vida es, ante todo, relación con Dios y esa relación no es fruto de nuestra voluntad, sino que esa relación viene dada por el hecho de ser, es algo previo, nos constituye”.

“La Penitencia es un momento de encuentro con el Señor, que si es buscado, si es deseado, el Señor no deja jamás, haya sucedido en nuestra vida lo que haya sucedido, se cual sea nuestra situación, no deja jamás de abrazarnos y decir ‘Tú eres mi hijo, yo te amo, he derramado mi sangre por ti’. Y eso es lo que sucede en la Penitencia”.

Respecto a la conversión, el Arzobispo señaló que es necesario desear esa conversión y orar al Señor por ella: “Señor, ten piedad de mi y ten piedad del mundo. Bendícenos, acompáñanos”. “Las tres prácticas que la Iglesia nos propone (para la conversión) son tres: la oración, la limosna y el ayuno”, recordó.

Mons. Martínez también se refirió a las personas que sufren necesidades a causa de la crisis económica: “Vivimos en una sociedad en la que vemos a personas quedarse sin trabajo, padecer necesidad, muy cerca de nosotros. Os invito a que penséis si en vuestro bloque, en vuestra parroquia, conocéis alguna familia: ayudadla discretamente”. En este sentido, el Arzobispo pide que no nos desentendamos de las necesidades que tenemos cercanas: “Reducir nuestros gastos, para compartir con otros. A mi me parece que ése es un bien grande que nos educa”.

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