Con la Real Federación de Hermandades y presidida por la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de las Angustias Coronada de Sta. Mª de la Alhambra, se ha orado especialmente por los perseguidos, refugiados, quienes sufren violencia, están marginados en la sociedad o no tienen trabajo, entre otros.
Los perseguidos, refugiados, quienes viven situaciones dolorosas en el seno de sus familias o sufren el paro, por las víctimas del sida y de genocidios, así como por las víctimas de abusos sexuales, han sido los destinatarios de las intenciones por las que se ha rezado en las distintas estaciones del Vía Crucis Oficial celebrado en la noche del viernes día 19 en la Catedral y organizado por la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Granada.
El Vía Crucis ha estado presidido por la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de las Angustias Coronada de Santa María de la Alhambra y a Ella se ha pedido por todas estas situaciones y personas que sufren. Junto al pueblo cristiano, también ha participado nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez, quien al inicio y término del Vía Crucis ha dirigido una reflexión al pueblo cristiano. Asimismo, han participado los cofrades granadinos de esta Hermandad y la Junta de gobierno de la Real Federación.
En las distintas estaciones del Vía Crucis en la Catedral también se han rezado por quienes sufren adicciones, por ejemplo al alcohol y drogas, por los marginados de la sociedad y por quienes viven en situaciones precarias y no tienen trabajo, especialmente padres de familia y jóvenes. Asimismo, se ha orado por los padres y madres que han perdido a sus hijos por causa del hambre «mientras las sociedades opulentas, engullidas por el dragón del consumismo y de la perversión materialista, se hunden en el nihilismo de sus vidas vacías».
La Sagrada Imagen accedió al interior de la Catedral, que es templo jubilar en este Año de la Misericordia, por la Puerta Santa. El Vía Crucis concluyó con la Oración final del Santo Padre a la Virgen María.
REFLEXIONES DE MONS. MARTÍNEZ
En su reflexión al inicio del Vía Crucis, nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez ha señalado que el ejercicio de éste implica tres cosas: hacer memoria de la Pasión y de la muerte del Hijo de Dios por cada uno de nosotros y por todos los hombres; que ese amor tiene siempre dentro de sí «una llamada a la conversión, a buscar el sosiego, la paz del corazón, la paz de nuestras vidas, la paz de nuestra comunidad humana en el amor que nunca nos rechaza»; y que «Cristo se ha unido por la encarnación en cierto modo a todo hombre y a toda mujer».
Sobre la conversión, Mons. Martínez ha subrayado que la llamada a la conversión es «volvernos a Cristo». «Él es la esperanza del mundo. Él es la esperanza de salvación para todos los hombres. Él es la posibilidad de una convivencia humana, plenamente humana, purificada, lavada en su sangre, perdonada. Él es la posibilidad del comienzo de una verdadera vida nueva, como gracia, como don, como regalo de un amor que ensancha nuestros corazones y que los hace renacer a la capacidad de amar, de perdonar», explicó.
Las reflexiones de Mons. Martínez están disponibles en www.archidiocesisgranada.es (Documentos del Arzobispo) y en www.arzobispodegranada.es
