Cuatro años después de la beatificación de Fray Leopoldo de Alpandeire, celebrada en nuestra Diócesis el pasado 12 de septiembre de 2010, miles de personas procedentes de diferentes puntos de España vienen a Granada a visitar la tumba del beato el día 9 de cada mes, en recuerdo del 9 de febrero de 1956, día en que falleció Fray Leopoldo.
El pasado 9 de septiembre no faltaron a su cita los devotos del fraile capuchino, que acudieron a su cripta para venerar los restos del beato y pedirle por sus intenciones.
El edificio donde descansa Fray Leopoldo recibe la visita de unas 2.000 personas al día, y un total de 60.000 al mes aproximadamente, por lo que se ha convertido en el segundo más popular después de la Alhambra.
Fray Leopoldo fue beatificado en la base aérea de Armilla, en Granada, el 12 de septiembre de 2010 en un acto al que asistieron miles de personas presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, y concelebrada por nuestro Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, juntos a otros obispos y sacerdotes diocesanos, así como padres de la congregación de los capuchinos a la que perteneció el beato.
BEATO FRAY LEOPOLDO
El beato nació el 24 de junio de 1864 en la localidad malagueña de Alpandeire, de donde toma su nombre posteriormente. En 1899 ingresó como postulante en el convento de Capuchinos de Sevilla; en 1903 fue trasladado al convento de Granada, y a partir de entonces se dedicó a cultivar la huerta. Años más tarde, comenzó de limosnero, tarea en la que se dedicó hasta su muerte y desde donde vivió su vocación religiosa.
Tras otro periodo en Sevilla, en 1914 regresó al convento de los padres capuchinos en Granada, donde se quedó definitivamente. El 16 de noviembre de 1950 celebró sus bodas de oro de profesión religiosa. En 1956 Fray Leopoldo falleció y el 26 de junio de 1961 comienza su Proceso de Beatificación que presidía el Arzobispo de Granada Mons. Rafael García y García de Castro.