En el marco del encuentro de fraternidad entre los seminaristas diocesanos de Oviedo y Granada que se celebra esta semana, el Arzobispo Mons. Jesús presidió hoy martes la Eucaristía en la Abadía, tras la visita al lugar, y rezó por la Diócesis de Granada y su hermano en el episcopado, nuestro Arzobispo Mons. Javier Martínez.
La Abadía del Sacromonte, uno de los lugares más destacados y emblemáticos de la historia de la Iglesia de Granada, ha recibido hoy martes la visita de los seminaristas de Oviedo, quienes, con su Arzobispo, Mons. Jesús Sanz, y sus formadores en el Seminario, están disfrutando de unos días en nuestra Diócesis.
Junto a ellos han estado los seminaristas diocesanos de Granada, que comparten estos días de encuentro y convivencia juntos. Allí han podido visitar las Santas Cuevas, el Museo y la iglesia de la Abadía, donde posteriormente Mons. Jesús Sanz ha presidido la Eucaristía, concelebrada por los Rectores y Vicerrectores de ambos seminarios y miembros del Cabildo de la Abadía del Sacromonte.
La celebración eucarística ha estado presidida por el relicario con las cenizas de San Cecilio, que se han expuesto hoy de forma excepcional en deferencia a la visita de Mons. Sanz con los seminaristas ovetenses. Y es que este relicario con las cenizas del santo de los primeros siglos del cristianismo sólo se expone y se da a besar a los fieles en la fiesta grande de San Cecilio, el 1 de febrero, y en el día en que se celebra la romería popular, el primer domingo más cercano a la fiesta de San Cecilio.
LÁPICES EN MANOS DE DIOS
En su homilía, Mons. Sanz ha hablado de la santidad y de figuras como San Cecilio, así como de la beata Madre Teresa de Calcuta y de San Francisco de Asís. «Un santo no es alguien que completa a Jesús en lo que Él dijo y mostró, porque un santo jamás desplaza la gloria de vida únicamente a Dios, esa que en su Hijo Dios ha querido en nombre de todos glorificar. Por eso, un santo no desplaza, no eclipsa», explicó sobre la santidad el Arzobispo Mons. Sanz. Sin embargo, las palabras de un santo «son atendibles, y sus obras son dignas de agradecimiento porque son palabras que dejan escuchar una palabra más grande, y las obras que ellos han hecho nos permiten asomarnos a una belleza mayor. Simplemente, han sido los portavoces de esa palabra grande y los portadores de esa belleza mayor», subrayó el Arzobispo.
Con el deseo de evitar que alguien pueda convertirse en biógrafo de santos, Mons. Sanz animó a ser protagonistas de la propia vida, «porque las historias (ndr. de los santos) son siempre ajenas», y esas historias «están bien en cuanto nos despiertan a la historia personal de cada uno».
En este sentido, Mons. Sanz recurrió a dos semejanzas que utilizara la Madre Teresa de Calcuta para mostrar qué es la santidad, a la que cada uno de nosotros estamos llamados. Desde este enfoque, el Arzobispo de Oviedo habló de cómo cada una de las personas somos «un lápiz». «Ese lápiz humilde, que hay que sacar la punta de vez en cuando, por el desgaste de la escritura, ese lápiz está en la mano de un Dios escribano. Con ese lápiz, humildemente, Dios cuenta una historia», explicó. «Yo soy un lápiz en las manos del Señor», subrayó Mons. Sanz.
Asimismo, en referencia a la segunda semejanza de la beata con respecto a la santidad, el Arzobispo recordó que «somos una gota de agua en el océano de la historia. Quién sabe si esa gota cayó o sigue pendiente». «¿Quién puede echar en falta una gota dentro de un océano?», se preguntó el Arzobispo de Oviedo. «Dios», respondió, de la misma forma que respondiera la beata Madre Teresa de Calcuta. «A Él le hace falta esa gota», insistió.
Ante los seminaristas, Mons. Sanz pidió a Dios para que «seamos gota en el océano de la historia, para que Dios, como en sus santos, sea glorificado y sean bendecidos los hermanos. Que San Cecilio interceda por nosotros».
ORACIÓN POR LA DIÓCESIS Y NUESTRO ARZOBISPO
El Arzobispo de Oviedo oró al Señor por «esta Iglesia hermana de Granada, por su obispo, D. Javier, amigo y buen hermano, por el seminario que nos acoge en estos días, los formadores, los seminaristas, por las personas que vamos recibiendo el regalo de su palabra y de su tiempo para asomarnos a una historia, esa que con el lápiz de tantos hermanos y hermanas Dios ha descrito un espectáculo santo».
Asimismo, Mons. Sanz aprovechó para «dar gracias por esta oportunidad» y para invitar a los seminaristas y sus formadores a un «viaje de vuelta» a Oviedo, para compartir también allí días de encuentro, fraternidad y amistad entre los miembros de ambos seminarios diocesanos. La celebración eucarística en la Abadía del Sacromonte concluyó con el rezo de la oración mariana del Ángelus, a las doce del mediodía.
EN GRANADA
Los seminaristas ovetenses, que están desde el pasado domingo día 19 y estarán en nuestra ciudad hasta el viernes día 24, ya han podido visitar la S.I Catedral y la Capilla Real, así como los monasterios de la Cartuja y de San Jerónimo, en diferentes visitas guiadas.
Asimismo, en la tarde del martes, los seminaristas visitarán la Alhambra, y posteriormente rezarán Vísperas en la iglesia de Santa María de la Alhambra. El miércoles realizarán una excursión a Sierra Nevada y el jueves visitará las Basílicas de San Juan de Dios y de Nuestra Señora de las Angustias, sede de la Patrona de Granada, donde Mons. Sanz presidirá de nuevo la Eucaristía.