Los sacerdotes diocesanos de Granada comenzaron ayer el nuevo curso, que inauguraron en su jornada sacerdotal junto al Arzobispo, en el Seminario Mayor «San Cecilio».
Los sacerdotes comenzaron la jornada rezando los laudes con Mons. Javier Martínez en la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias para invocar al Espíritu Santo, y tras la oración pasaron al salón de actos, donde D. Blas Gordo, Vicario de Pastoral y delegado del clero, realizó una breve introducción a la jornada.
Mons. Javier Martínez abrió la reunión dirigiendo unas palabras a los sacerdotes señalando los aspectos más importantes para este nuevo curso pastoral. Destacó la importancia del Sínodo de la familia, que se está celebrando en Roma y habló de la necesidad de rezar por los frutos del sínodo y por la familia: «Ahora mismo, cada vez más, las personas ya ni saben, ni tienen memoria, muchas personas, de lo que sería un matrimonio cristiano, la concepción cristiana, nuestra mente, nuestra imaginación está de tal manera impregnada con ideas del ‘Contrato Social´, por ideas del ambiente que respiramos. Que los mismos matrimonios buenos, que hacemos en nuestras iglesias, muchas veces no tienen referencia ninguna más que la de esta cultura».
Mons. Martínez continuó: «No digo que no haya indicios de complicidad en el corazón humano, claro que los hay, claro que el corazón humano está hecho para una relación esponsal que sería exclusiva e indisoluble».
Asimismo, nuestro Arzobispo habló también de la educación: «Benedicto XVI lo llamaba que estamos en una situación de emergencia educativa. (…) El sentido en el que el Papa lo decía venía a significar que hay que volver a aprender lo que significa educar desde la fe cristiana, y él lo expresó en una frase suya (Benedicto XVI) en un momento preguntado qué quería él o que significa la educación cristiana y dijo ‘que las verdades y la experiencia de la fe se haga criterio de comprensión de la realidad´».
Asimismo, Mons. Martínez invitó a los sacerdotes a reflexionar y a orar sobre la retirada de la ley del aborto, el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Ávila y la presentación del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica por parte de la Conferencia Episcopal Española, que cuenta con la aprobación de la Santa Sede.
«GRANADA, DIÓCESIS MARTIRIAL»
Carlos Vizuete, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Castilla-La Mancha y autor del libro «Los Mártires de las Alpujarras. Volumen I. Informaciones (1569-1621)», habló a los sacerdotes diocesanos de los mártires de Las Alpujarras, y de su trabajado en la recopilación de testimonios, documentación y informaciones sobre este tema.
El libro que presenta es el primer fruto de esa investigación y es una obra de varios volúmenes en la que están trabajando también un grupo de historiadores granadinos y andaluces que forman parte de la misma comisión.
La obra recoge informaciones sobre las persecuciones y martirio de cristianos en los siglos XVI y XVII en la Alpujarra granadina, en línea a un eventual proceso de canonización. Los promotores de la causa son las Diócesis de Granada, de Guadix y de Almería porque hay mártires en las tres diócesis.
La rebelión de los moriscos del Reino de Granada es una de las líneas de trabajo en las que Carlos Vezuete está especializado.
Carlos Vezuete explicó a los sacerdotes el título de la ponencia, «Granada, diócesis martirial»: «En realidad, podríamos decir que la naturaleza, no la sucesión apostólica, que sería dicho así jurídicamente lo que representaría la Iglesia diocesana, lo que vendría a representar lo más profundo de la iglesia diocesana sería la relación de los mártires. En aquella época, los santos no eran más que mártires o los mártires eran los santos».
El autor del libro habló de San Cecilio, mártir del siglo I y patrón de nuestra Archidiócesis, y de otros mártires que ha ubicado en el contexto de la Diócesis de Granada, como introducción al tema y aclaró que pidió que se colocara el cuadro de San Cecilio que había junto a la mesa.
Seguidamente, contó la historia de los mártires de Las Alpujarras y narró algunos martirios de estos «cristianos viejos», que murieron dando gloria a Dios a finales de 1568 y principios de 1569. El profesor Vezuete explicó que hubo 279 mártires de 31 localidades distintas de Las Alpujarras y leyó algunos testimonios de la vida de estas personas, recogidos a través de vecinos y fieles.
Por último, el historiador agradeció a la Archidiócesis de Granada la disponibilidad y el apoyo para la realización de su trabajo, en especial a Mons. Javier Martínez y a D. Manuel Reyes, Vicario General.
