Nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, se unió al pueblo cristiano de Granada para orar ante el Santísimo y celebrar la Eucaristía en la S.I. Catedral con motivo de la Jornada de ayuno y de oración «Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo».
La Jornada de ayuno y oración para rezar por la tarea misionera de la Iglesia, al inicio del Plan Pastoral 2016-2020 de la Conferencia Episcopal, se celebró el pasado viernes, 22 de enero, aunque la celebración en la S.I. Catedral se trasladó al sábado 23 de enero, debido a que el viernes tuvo lugar en nuestra Catedral la ofrenda musical en memoria del Rey Fernando el Católico, en el V Centenario de su muerte.
Fieles de nuestra Diócesis, entre los que había religiosas, familias y laicos de diferentes movimientos y comunidades eclesiales asistieron a esta celebración, invitados por nuestro Arzobispo, para pedir la ayuda de Dios y disponernos a colaborar en la gran tarea misionera y que a su vez se celebró en otras parroquias y templos de la Archidiócesis para rezar por esta intención.
La jornada se celebró en la S.I Catedral con la adoración al Santísimo Sacramento a las 19:30 horas y la Eucaristía que Mons. Javier Martínez celebró a las 20:30 horas.
El Arzobispo se dirigió en la homilía a los fieles de Granada: «Nos está invitando constantemente el Papa Francisco, y nos han invitado los papas anteriores de algún modo, pero bueno, él lo hace con una frescura y con una fuerza y una urgencia especial, a una conversión. Yo diría que a un retorno al centro del misterio de Cristo, hay demasiadas cosas que nos distraen. Hay demasiadas rutinas y prácticas que sin querer han dejado de ser instrumentos para lo esencial de la vida cristiana, que es que Dios se ha comunicado a los hombres y que Dios se les da, y que podemos acoger y vivir en ese don, y que ese don que el Señor hace a los hombres es la única, realmente la única posibilidad de una humanidad verdadera».
JUBILEO DE LA MISERICORDIA
En esta celebración, así como en todas las Eucaristías que se celebren a lo largo del Año de la Misericordia en los templos jubilares, los fieles que participaron en la Santa Misa, atravesaron la puerta santa de la Catedral, habiendo confesado con arrepentimiento los pecados y comulgado y hayan rezado por las intenciones del Santo Padre, ganaron ganar el Jubileo de la Misericordia y obtuvieron Indulgencia Plenaria.
