Los alumnos del Colegio Divino Maestro hacen su peregrinación a la Virgen de las Angustias

Con motivo del Año Santo Jubilar Mariano del Primer Centenario de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de las Angustias de Granada.

El pasado miércoles 4 de diciembre de 2013, a las 12:30 horas, los alumnos del Colegio Divino Maestro de Granada hicieron su peregrinación, organizada por el Equipo de Pastoral del Centro, dentro de los actos programados del Año Santo Jubilar del Primer Centenario de la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de las Angustias, a su Basílica.

El Colegio Divino Maestro, situado en el barrio del Albaicín de Granada, pertenece a Congregación de Religiosas Misioneras del Divino Maestro, que fue fundada en el año 1945 por la Madre Soledad de la Cruz y el Obispo, Francisco Blanco Nájera. Su carisma es: «La educación cristiana de los pobres».

Fueron cerca de ciento veinte alumnos de cuarto, quinto y sexto de primaria y primero, segundo, tercero y cuarto de la E.S.O. Todos los alumnos fueron andando desde su colegio hasta la Basílica. Al frente de ellos fueron Beatriz Pagán y Francisco Rodelas, del Equipo de Pastoral y todos los profesores tutores de cada curso, que cuidaron con esmero y dedicación a todos los alumnos para que el orden, el silencio y el recogimiento se hicieran hecho patentes en esta peregrinación.

Los peregrinos fueron recibidos en la puerta de la Basílica por miembros de la Hermandad con su estandarte y el sacerdote, padre redentorista, D. Carlos Sánchez de la Cruz. Todos entraron por el pasillo central del Templo y fueron ocupando los bancos de la nave central y los laterales del crucero.

A continuación Elena, alumna de 3º de la E.S.O. hizo la monición de entrada en la que manifestó: «Los sueños de Dios tocan el corazón. Soñó Dios con María, Mujer nueva, Madre de todos nosotros, modelo de vida para el hombre de hoy. Soñó Dios con María, mujer auténtica, hermoseada por la Gracia y la Verdad, la Inmaculada, la Limpia de corazón. Y tanto amó Dios a María que la embelleció con la Palabra Eterna, hecha Palabra encarnada. Tanto la amó, que la hizo Madre del Hijo de sus entrañas. Los sueños de Dios dejan huellas de amor y ese corazón Virgen, Inmaculado de Madre, fue el sueño que Él soñó. Dios también sueña con cada uno de nosotros… Dios espera el momento en que, como María, abramos sin miedo y en plenitud nuestro corazón, para que Él pueda enriquecernos con su gracia… Prepárate, pues, para celebrar la Eucaristía y vivir este tiempo de Adviento en compañía de María. Ofrécele a Dios tu corazón, para que Él lo haga Santo, Inmaculado, Puro y Bello como el corazón de María.»

La Eucaristía fue presidida por el Padre Carlos, que empezó la celebración de la Santa Misa, diciendo: «Estamos en tiempo de Adviento y esto significa que tenemos una gran esperanza: El Señor viene. Celebrar el Adviento supone mirar a la Santísima Virgen María por esto tiene tanto sentido peregrinar a esta Basílica donde la Virgen nos acoge con los brazos abiertos y nos lleva hacia su Hijo, Jesús…».

Las lecturas fueron realizadas por los alumnos del Centro, así como las peticiones.

D. Carlos empezó su homilía diciendo que todos nosotros tenemos sueños, que representan ideales y cosas maravillosas y que Dios también tuvo el sueño, hecho realidad, de elegir a la Santísima Virgen como Madre de su Hijo. También Dios soñó con cada uno de nosotros, dándonos la vida, que cada uno tenemos, por esto siempre tenemos que darle gracias por el don de la vida, que nos ha regalado. Expuso a continuación que el Adviento es un tiempo de preparación para purificar nuestros corazones, para la venida de Jesús, nacido de la Virgen, que fue sencilla humilde y generosa a lo largo de toda su vida. Nosotros tenemos que imitar a la Virgen en la generosidad, en la entrega, caminando por este mundo de la mano de la Virgen, porque ella nos acompaña en este caminar. Terminó su homilía diciendo: «… Habéis peregrinado y estáis ahora en la casa de la Virgen dispuestos a coger el regalo de los regalos: Que el mismo Hijo de Dios quiere entrar en cada uno de vosotros. En este Centenario de la solemne Coronación de la Santísima Virgen en esta advocación preciosa de la Virgen de las Angustias, Patrona de Granada, se nos concede también una Indulgencia Plenaria, si confesamos, si comulgamos. ¿Qué nos quiere decir la Indulgencia Plenaria? Que Dios no quiere que vivas lejos de Él, que no quiere que vivas en el pecado, que llena la vida de oscuridad. Que quiere que vivas en su presencia, porque se está bien cuando estamos con Jesús; porque sólo somos felices cuando vivimos en su presencia y en su amor. Vamos a llenar nuestro corazón de la luz que nos trae Jesucristo. Vamos a agarrarnos fuerte a la mano de la Virgen María y vamos a preparar este camino para que el Señor pueda venir, porque viene, viene siempre a nuestro corazón.»

A continuación varios alumnos hicieron las ofrendas: una vela, significando en ella la fe, que tuvo la Virgen en la palabra de Dios y a la que nosotros debemos imitar; un reloj de arena, que nos indica la espera ante los caminos incomprensibles, muchas veces, de Dios; una jarra de agua, simbolizando en ella la limpieza y la pureza de la Virgen que nosotros tenemos que imitar en este mundo, tan lleno de apariencia, mentira y tanto engaño; por último el pan y el vino, unidos a María Inmaculada, como signo de que también nosotros queremos entregarnos al Reino del Señor.

Casi todos los alumnos participaron del Sacramento de la Eucaristía, dando gracias a Dios por todos los dones que nos concede. La Santa Misa terminó con el rezo del Padre Nuestro por las intenciones del Papa y la Oración del Año Santo Mariano. El padre Carlos agradeció tanto a la Parroquia como a la Hermandad, presidida por su hermano mayor Francisco Salazar y el comisario general del Año Santo Jubilar del Centenario, Miguel Luis López-Guadalupe, su acogida tan afectuosa, llena de cariño a todos los que participaron en esta peregrinación.

Todos los participantes en este acto de peregrinación dieron un ejemplo de devoción de recogimiento y de verdadero amor a la Santísima Virgen de las Angustias. Un grupo de alumnos, acompañados de instrumentos de cuerda, contribuyeron con sus cantos a ello.

Al final todos los peregrinos, divididos en dos grupos se hicieron una foto-recuerdo en la escalinata del Altar Mayor. No pudieron visitar el camarín, por falta de tiempo, ya que tenían que regresar a su Centro andando también.

Antonio J. Mezcua Roelas

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