La Zubia celebra sus confirmaciones en Pentecostés

La Zubia celebra sus confirmaciones en Pentecostés

El pasado 5 de junio, en la solemnidad de Pentecostés, más de cuarenta fieles recibieron el sacramento de la Confirmación en la localidad de La Zubia. El Vicario General, D. Francisco Javier Espigares, presidió esta Eucaristía centrada en la venida del Espíritu Santo.

La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en La Zubia celebró sus confirmaciones por todo lo alto. Lo hizo en Pentecostés, la celebración de la venida del Espíritu Santo. Junto al Vicario que presidió la celebración, concelebraron el párroco D. Antonio Antúnez, el presbítero recientemente ordenado D. Joaquín Alcalde y el vicario parroquial D. Reinaldo Da Silva.

Este gran grupo estaba conformado por jóvenes desde los 14 años hasta adultos, todos residentes en la localidad. Uno de ellos era una pareja de prometidos que pronto iban a casarse. Pocos días antes habían tenido un día oración en la misma iglesia, en el que cada uno pudo celebrar el sacramento de la penitencia.

“Yo salí muy contento porque todos participaron activamente. En el momento de la Confirmación, pude verlos de cerca y cómo estaban atentos y respondían bien. Se veía que sabían lo que estaban haciendo”, dice el párroco.

EL MUNDO NECESITA CRISTIANOS QUE SEPAN VIVIR BIEN

Fue una celebración alegre, con una iglesia repleta hasta el final con la asistencia de los confirmandos, catequistas, padres y padrinos, además del resto de la comunidad parroquial de La Zubia que asistieron a la solemnidad de Pentecostés.

“El resucitado quiere resucitarnos. El Espíritu hace que el Señor nos resucite constantemente”, dijo Espigares, durante su predicación a los parroquianos que se disponían a recibir el sacramento. “Sin ese Espíritu somos como esa tierra reseca, inhóspita, sin vida, estéril, cuarteada. En cambio, cuando cae la lluvia, esa tierra se vuelve esponjosa, empieza a dar fruto, verdor, alegría”.

Antes del gesto de la unción del óleo de la Confirmación en la frente de cada confirmando, el Vicario les recordó que de la vivencia de ese gran amor del Señor, nace la misión de cada uno dentro de la Iglesia.

“El mundo necesita eso. Gente que viva así, gente que viva la buena vida. No es solo pasarlo bien, sino que aprendemos a vivir. El buen vivir es mucho más que pasarlo bien, es vivir abierto a Dios y a los hermanos”, concluía el Vicario. “Todo pasa por no escuchar. El problema es que no escuchamos a nuestro corazón y es el Señor quien nos invita a que lo escuchemos, en este día de Pentecostés”.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social

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