“La religión hace de lo humano algo mucho más humano”

“La religión hace de lo humano algo mucho más humano”

El presbítero D.Enrique Gervilla celebra este año su 50 aniversario de ordenación. Recordamos con él cómo se inició su camino hacia el sacerdocio y su vocación de educador, dentro de la institución de las Escuelas del Ave María, en donde lleva a cabo la acción litúrgica imprescindible en la misión de la Iglesia.

Cuéntenos cómo empezó a encaminarse hacia el sacerdocio
Yo soy de Bérchules y cuando yo era pequeño estaba allí D. Santiago Hoces. Fue él quien, siendo yo monaguillo, me ofreció la posibilidad de venir al seminario. Me preparó para el examen de ingreso que era necesario entonces. Allí estudié el bachillerato. La verdad es que no me desagradaba lo que suponía ser sacerdote. Todo aquello fue madurando en el seminario mayor y me fui ilusionando cada vez más.

¿Aún recuerda el día de su ordenación?
Fue el 5 de julio de 1992 en mi localidad natal, con D. Emilio Benavente de obispo. Se quería entonces que la gente de los pueblos viviera una ordenación sacerdotal. Fue un día de fiesta en el pueblo.

¿Desde cuándo estuvo su vida ligada a la educación?
Yo había estudiado Magisterio y durante los primeros años de ministerio en Pitres, el obispo vio con buenos ojos que, en estos pueblecitos donde no había mucho trabajo, el sacerdote se empeñase como maestro. Por la mañana me iba a la escuela y entraba en contacto tanto con los niños como con los padres. Estuve ocho años en este pueblo y muy a gusto.

Tiempo después, en un viaje a Salamanca, conocí a la secretaria de la Universidad Pontificia que me propuso hacer Pedagogía. Mi vocación por la educación siempre ha sido fuerte. Empecé así a estudiarla en la UNED. El obispo D. José Méndez ya vio que la educación estaba muy problematizada y que era necesario tener a gente preparada. Hice la licenciatura en Salamanca y, apenas un año después de volver a la diócesis, crearon la sección de Pedagogía. Acabé en la cátedra de la Universidad de Granada.

¿Se conjugan bien la vocación como educador con la del sacerdocio?
Una de las cosas que hizo Jesucristo fue enseñar. La función del profesor es enseñar, educar. Yo he intentado compaginar las dos cosas hasta tal punto de que, cuando volví a Granada y entré en la Universidad, me nombraron capellán del Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago. Allí he estado muchísimos años haciendo actividades de tipo religioso con los universitarios.

Para mí ha sido fundamental. Creo que la educación es el futuro de la humanidad. El cristianismo se supone que cobra especial fuerza en la educación. Manjón dijo que no se trata solo de educar solo en lo religioso. La religión, a diferencia como se entiende hoy, no es algo que te aliena, entorpece o que te limita. ¡Todo lo contrario! La educación, cuando se entiende bien bajo el aspecto religioso, lo que hace es hacer de lo humano algo mucho más humano. El cristianismo fomenta los valores humanos: perdonar sin límites, amar sin límites, amar sin fronteras y ver en el otro la imagen de Dios. Educar, religión y Dios conforman una unidad que para mí, al menos, es indisoluble.

¿Podría identificar el momento más difícil de su ministerio?
Yo las dificultades las encuentro más ahora que en otro tiempo. España ha cambiado mucho. La mentalidad y el ambiente social son ahora más hostiles a la religión. Visito bastantes parroquias de Granada y veo que la inmensa mayoría es gente mayor. Los jóvenes están totalmente alejados de la religión y yo creo que este es el gran problema y el gran reto de la Iglesia ahora. ¿Qué hacer para que los jóvenes vean que el mensaje cristiano es un mensaje de ilusión? Un mensaje para que las personas puedan cambiar la sociedad, para que esta se haga más humana.

Los cristianos entonces podemos vivir tal vez la fe de manera que parece algo perjudicial…
Sí, yo creo que eso va en la formación religiosa. Por eso le insistí antes de la importancia que tiene la formación religiosa en la configuración de un joven. La educación es el motor de cambio de la sociedad. Cuando la religión se entiende como un cumplimiento de mandamientos solamente, ¡parece que el ateo es más libre que el creyente! El ateo, como no tiene normas, parece más libre. Cuando la religión se entiende como una humanización, como liberación, como alegría, como felicidad, ¡las cosas cambian radicalmente!

¿Qué perspectivas tiene en el futuro de su ministerio?
Yo espero continuar en el Ave María, donde ahora estoy contentísimo. El Ave María tiene más de 400 personas que se implican en nueve colegios. Realmente son colegios muy necesitados. El organizar la pastoral y visitar estos colegios, poniendo al servicio mi especialidad en pedagogía y teología, no es tanto un trabajo como una ilusión. Hago ese trabajo diariamente y con sumo gusto.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social

 

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