La Palabra de Dios y la Eucaristía, escuelas hacia el sacerdocio

Celebración de Admisión de Sagradas Órdenes y Ministerios de Acólito y Lector en el Domingo del Buen Pastor, presidida por nuestro arzobispo, en la S.I Catedral.

En una festiva acogida, los fieles granadinos –entre ellos familiares y amigos- acompañaron a Rubén Ávila, Juan de Dios Prieto, Alejandro Romero –todos ellos del Seminario “San Cecilio”- y William José Sauce –del Seminario “Redemptoris Mater”- en la celebración eucarística en la mañana del domingo del Buen Pastor en la Catedral para ser instituidos Acólito y Lector. También el pueblo cristiano de Granada acompañó a los dos jóvenes seminaristas del diocesano “San Cecilio” –Jaime Garrido y Francisco Morales-, que fueron admitidos en las Sagradas Órdenes, paso necesario para ahondar en su camino hacia el sacerdocio.

La celebración, que comenzó con la aspersión de agua bendita sobre el Pueblo de Dios, fue presidida por nuestro Arzobispo D. Javier Martínez y concelebrada por parte del clero diocesano, entre ellos los formadores de los seminarios “San Cecilio” y “Redemptoris Mater”, acompañados por sus seminaristas.

PALABRA DE DIOS Y EUCARISTÍA
A la luz del Evangelio de este domingo 22 de abril, del Buen Pastor, nuestro Arzobispo recordaba que el Buen Pastor es siempre Cristo y, dirigiéndose a los candidatos al sacerdocio, les explicó que es el Señor quien les ha llamado y escogido “para que sirváis y os gastéis” por la Iglesia, Esposa amada de Cristo. “Es un privilegio gastar la vida por la Iglesia, cuyo espejo es la Virgen María y cuya realidad es la Iglesia. Os ha llamado y escogido el Señor para que sirváis y os gastéis -les explicó-; para que seáis siervos de la alegría del pueblo cristiano”, que es la Buena Noticia del Evangelio y Cristo Resucitado.

A partir de ahora, los nuevos seminaristas ya instituidos Acólito y Lector se encargarán de leer la Palabra de Dios y dar la Sagrada Comunión a los fieles, así como ayudar a los sacerdotes en las celebraciones en el altar. Precisamente, Mons. Martínez les recordó que la Palabra de Dios y la Eucaristía son “las dos escuelas” para el camino vocacional que realizan hacia el sacerdocio. En este sentido, Mons. Martínez expresó su deseo y confianza para que Dios, “que ha empezado esta obra buena” en vosotros, “la lleve a plenitud, para que se multiplique el número de los que dan gracias a Dios”.

“La institución de Acólito y Lector es la manera en que la Iglesia prepara a los futuros sacerdotes para el servicio del altar y el servicio de la Palabra”, explica el Vicerrector del Seminario Mayor, D. Ildefonso Fernández-Fígares. “El ser sacerdote hace del hombre servidor de la Palabra y de la Eucaristía, y estos ministerios preparan instituyendo a la persona para que pueda servir a la Palabra, leyendo las lecturas bíblicas y servir también el altar, sobre todo lo que es en la cooperación con el ministro sacerdote”.

En el caso de los jóvenes admitidos a las Sagradas Órdenes, el Vicerrector del Seminario Mayor explica que “es el paso más o menos cercano a las ordenes de los candidatos, cuando la Iglesia ve signos en ese candidato de llamada del Señor”. Esto significa que “aquello que el candidato ha experimentado -que Dios le llama a ser sacerdote y ha puesto en manos de la Iglesia- la Iglesia ve signos de que hay autenticidad” para ser ministro de Cristo en el altar.

En el rito de Admisión de las Sagradas Órdenes los candidatos fueron bendecidos por nuestro arzobispo. Además, los seminaristas que fueron instituidos Acólito y Lector recibieron también una Sagrada Biblia y una patena de manos de Mons. Martínez.

AGRADECIMIENTO
Antes de la bendición final, Mons. Martínez quiso también dar las gracias públicamente a las familias de los seminaristas admitidos a las Sagradas Órdenes y que recibieron el Ministerio de Acólito y Lector, porque “de una manera o de otra, por caminos que sólo Dios conoce, vuestra historia y vuestra presencia ha sido esencial para que estos chicos hayan podido dar el paso hoy”. Un agradecimiento que extendió “a las comunidades en las que habéis crecido”, porque “más y más tomamos conciencia de que los sacerdotes nacen en la Iglesia y nacen para la Iglesia”.

Y a los padres recordó que no pierden nada con un hijo que se prepara al sacerdocio, porque “el Señor da siempre al ciento por uno”.

Ahora, todos ellos continuarán su formación en los seminarios para continuar en el camino vocacional, para que Dios que ha empezado una obra buena la lleve a término. En el caso de los seminaristas que han recibido los Ministerios de Acólito y Lector continuarán su formación para dar el próximo paso que es la Ordenación diaconal, previa a la Sacerdotal.

Paqui Pallarés

Homilía completa escrita

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