Con el lema “Acompañar a la familia en la enfermedad”, la Catedral de Granada acogió en la jornada de ayer la celebración de la Pascua del enfermo con una Eucaristía presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, que contó con la presencia de la Pastoral de la Salud, la Hospitalidad de Lourdes y miembros de otras congregaciones dedicadas al cuidado de los dolientes en nuestra diócesis.
Un año más la Pastoral de la Salud de la Archidiócesis de Granada conmemoró la Jornada del enfermo con una celebración que tuvo lugar ayer, domingo, en la Catedral, en la que la Iglesia de Granada celebró conjuntamente un día dedicado especialmente a visibilizar que los enfermos tienen un lugar de preferencia en nuestra comunidad cristiana de Granada.
A la Eucaristía, que estuvo presidida por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, y concelebrada por el delegado de la Pastoral de la Salud, D. José Gabriel Martín, asistieron miembros y voluntarios de la Pastoral de la Salud y la Hospitalidad de Lourdes acompañando a los enfermos que también estuvieron arropados por sus familias, visitadores y los profesionales sanitarios que los atienden. Este año especialmente, la Jornada del enfermo se ha dedicado al cuidado y acompañamiento de las familias que sufren la enfermedad del familiar doliente y para los que la Iglesia quiere ser consuelo y apoyo.
“Un enfermo solo es un ser humano perdido, el Señor nos ha hecho para vivir en comunidad. Una de las tragedias de este mundo es justamente que hemos destruido las comunidades humanas, en primer lugar la de la familia. Más que nunca la Iglesia tiene que ser hospital de campaña y hacer comunidad para que el enfermo pueda sentir que está acompañado. Enfermos somos todos. No hay nada más normal en la vida que la enfermedad”, reflexionó el Arzobispo durante su homilía a partir del lema de la jornada.
En la celebración también estuvieron presentes algunos miembros de congregaciones religiosas como las Siervas de María, dedicadas a la atención y compañía de las necesidades de las personas enfermas en nuestra diócesis.
Al término de la Misa todos los presentes compartieron el almuerzo y un momento de convivencia fraterna.
María José Aguilar
