Nuestro Arzobispo expresó su pésame y disculpó su ausencia en la exequia, ya que se encuentra en tierras americanas, al mismo tiempo que ora estos días por el sacerdote fallecido, quien fue párroco y canónigo eméritos de San Emilio y la Abadía del Sacromonte, respectivamente, así como antiguo Director del Secretariado de Medios de Comunicación del Arzobispado y Semanario diocesano Fiesta.
Numerosos fieles diocesanos –especialmente de la parroquia de San Emilio, de la Abadía del Sacromonte, de la Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo y María Santísima del Sacromonte, y de la Hermandad de Jesús Despojado- y numeroso clero diocesano despidieron al sacerdote D. Jesús Blanco Zuloaga en la Eucaristía corpore in sepulto celebrada en la mañana del lunes día 15 en la parroquia de San Emilio, donde era párroco emérito.
Muy querido en su parroquia por abrir las puertas a la presencia de nuevas comunidades, movimientos y cofradía, donde tiene actualmente su sede Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, D. Jesús recibió hoy el afecto y cariño en su despedida definitiva de este mundo y gozo de vida eterna por el que se rezó durante la Santa Misa en sus exequias.
COMUNICADO DEL ARZOBISPO
Nuestro Arzobispo disculpó su ausencia, por encontrarse en tierras americanas, y expresó su cercanía y agradecimiento por su vida y labor pastoral, desarrollada entre otras cosas en el ámbito del periodismo y la comunicación. El Vicario General, D. Francisco Javier Espigares, que presidió la Eucaristía, concelebrada por numeroso clero diocesano, entre ellos el Vicario de la Ciudad D. Francisco Tejerizo y el Delegado de Pastoral del clero, D. Blas Gordo, leyó el mensaje remitido por D. Javier Martínez para ser comunicado a los fieles en la Santa Misa.
“Siento extraordinariamente que una distancia insalvable me impida acompañar físicamente las exequias de un sacerdote del presbiterio de Granada por el que tengo auténtica veneración y que ha servido incansablemente al Señor y a la Iglesia de mil maneras, como párroco y como capitular de la Abadía del Sacromonte con su vida y con sus iniciativas, con sus obras y con su palabra, hablada y escrita. Desde América donde estoy en este momento ofreceré la Eucaristía de estos días por él, con la confianza en la fidelidad y la fidelidad y la misericordia del Señor que le dará el premio prometido a los pastores fieles y solícitos”, señaló nuestro arzobispo en este Comunicado.
UNA VIDA FECUNDA
Asimismo, el Vicario General tuvo también palabras de gratitud que trasladó a los fieles diocesanos en nombre de la Archidiócesis y del Arzobispado, recordando al mismo tiempo la gracia de la vocación sacerdotal vivida y comunicada por D. Jesús con su vida y su entrega en la pastoral diocesana. D. Jesús Blanco “entra en la Gloria de Dios”, señaló el Vicario General: “Un sacerdote configurado con Cristo es verdaderamente un signo de amor para la Iglesia, para todo el mundo. La vida del sacerdote entra en el misterio completo de Cristo como sacerdote”.
En su homilía, D. Francisco Javier Espigares subrayó esa vocación sacerdotal expresada en la atención a su destino parroquial de San Emilio y como canónigo de la Abadía del Sacromonte, donde en ambos casos era emérito, así como en toda su labor de periodista y comunicador, desde una pastoral diocesana, desarrollada en el órgano informativo diocesano con la revista Fiesta de las Diócesis de Granada y Guadix y la programación religiosa en COPE Granada, “Iglesia Noticia” y “El Espejo”.
“Jesucristo se hace presente en la vida de los ministros. Y cuando un ministro ha resplandecido, cuando ha vivido esa alegría de la fe contagiosa llevándola a los medios de comunicación, en el periódico Fiesta, en los programas tan entrañables que hacía en la COPE, abriendo también la Iglesia a las nuevas comunidades y movimientos, como él supo abrir la parroquia de San Emilio a las comunidades, y verdaderamente descubrir cómo Dios entraba en su Iglesia, a través de su espíritu que suscita algo nuevo, y que no nos toca a nosotros –los ministros- cerrar las puertas al Espíritu, sino detectar por dónde va y qué es lo que debemos de hacer, es un gozo hoy poder dar gracias al Señor por la vida de los cristianos y por la vida de los sacerdotes que se han abierto a la alegría por esa novedad que Cristo ha venido a traer a este mundo”, explicó el Vicario General.
En la celebración eucarística corpore in sepulto prevaleció el sentimiento de gratitud al Señor por la vida “fecunda y lograda” de D. Jesús Blanco Zuloaga. Antes de la bendición final, el coro de la parroquia entonó un canto de la liturgia musicalizada por D. Jesús, y que él mismo cantaba junto a la comunidad parroquial en la noche de Pascua, para afirmar la resurrección en Cristo y la vida eterna, recordando que “si morimos, morimos en Cristo; si amamos, amamos en Cristo”.
Tras la Santa Misa en la parroquia, el féretro de D. Jesús fue trasladado a la Abadía del Sacromonte, donde ha recibido sepultura como canónigo emérito.
DON JESÚS
D. Jesús Blanco ha fallecido a la edad de 87 años en el Hogar Sacerdotal Virgen de Gracia, donde ha sido velado su cuerpo.
Natural de un pueblo pacense llamado Roca de la Sierra, D. Jesús recibió el Sacramento de la Ordenación Sacerdotal el 13 de junio de 1954, y su primer destino en Granada fue como coadjutor de Lanjarón, ocupándose al año siguiente de las Siervas del Evangelio como capellán, ecónomo de Cástaras y Encargados de Nieles.
Además de Delegado de Medios de Comunicación Social, párroco desde 1984 de San Emilio y canónigo de la Abadía del Sacromonte desde 1988, D. Jesús fue también primero Vice-rector y después Rector del Seminario de San Bartolomé y Santiago, así como Delegado episcopal de Vocaciones en el año 1972. También estuvo vinculado al Colegio Sagrada Familia, donde fue Capellán en 1965, y de Renovación Carismática en España, donde fue capellán desde 2006.
Paqui Pallarés