“La Cuaresma es como un entrenamiento en la forma de vida del cristiano”

Ayer, miércoles 6 de marzo de 2019, el Arzobispo de Granada, D. Javier Martínez, ofició en la Catedral la misa del Miércoles de Ceniza que dio inicio al tiempo cuaresmal. Se impuso la ceniza a los fieles allí congregados y se hizo la entrega del pergamino oficial al pregonero de esta Semana Santa.

Los fieles de la Diócesis de Granada se dieron cita ayer a última hora de la tarde para empezar la Cuaresma junto al Arzobispo metropolitano. Todo el Pueblo de Dios fue invitado a la conversión con el gesto de la imposición de la ceniza y Mons. Javier Martínez se refirió en su homilía a este tiempo como un tiempo de conversión, en un combate que “tiene lugar ante todo en el corazón de cada uno de nosotros” y en el que el peor mal contra el que alerta el Evangelio es la hipocresía.

El Arzobispo alertó contra la delegación de la fe cristiana como tarea en una asociación o en un partido político. “A veces nos preocupa que el mundo deje de ser cristiano y delegamos en algún partido político para que nos resuelva el problema en lugar de convertirnos que es lo único, lo único que puede resolver el problema”, señaló.

Para la vivencia de la Cuaresma, D. Javier Martínez, se dirigió a sus fieles remarcando que no se trata de hacer grandes cosas sino tomarse en serio la relación con Dios, dentro del trípode a que invita la Iglesia en este tiempo: oración, ayuno, limosna. “Porque nuestra relación con Dios es la más importante de todas, las demás no pueden estar bien, ni siquiera en el matrimonio, ni siquiera en la familia, ni siquiera con los vecinos”, advirtió.

UN PUEBLO LIBRE, DE HIJOS LIBRES

La relación del cristiano con Dios no es algo que establezca el hombre “con sus fuerzas” sino algo que el Señor ha establecido ya. “El Señor nos ha entregado a su Hijo, nos ha entregado a su Espíritu. Nos hace cuerpo suyo entregándonos su Cuerpo cada vez que celebramos la Eucaristía”. La Cuaresma solo debe recordarnos que “somos un pueblo que camina hacia el Cielo”, dijo.

El tiempo cuaresmal ha de vivirse igualmente con conciencia de unidad, de ser “un camino que hacemos juntos”, resaltó. “Que cuando saquemos nuestra imágenes en Semana Santa seamos un pueblo gozoso de recibir y de vivir de la gracia de Cristo”. No se trata de vivir como más sacrificados, “pues la oración, el ayuno y la caridad la necesitamos todo el año”, sino una ocasión de retomar la conciencia de un pueblo que ha de dar testimonio de Jesucristo.

Solamente así se puede “renovar”, “rejuvenecer” y “transmitir la vida” a una sociedad. “Que podamos ser un reflejo de Su amor a los hombres y que vivamos este tiempo como un entrenamiento para esa vida nueva que el Señor nos concede gracias a su Pasión y su triunfo sobre el pecado y sobre la muerte el día de la Resurrección”.

ENTREGA DEL PERGAMINO AL PREGONERO OFICIAL

Después de la Eucaristía, diversos miembros representantes de la Real Federación de Hermandades y Cofradías pasaron a la sacristía para ser recibidos por el Arzobispo. Allí se hizo entrega del pergamino al pregonero oficial de esta Semana Santa, Álvaro Barea.

Barea, hermano cofrade del Silencio, Santa Cena, Esperanza y San Agustín, ha pregonado en otras ocasiones la Semana Santa en el barrio del Realejo y ha presentado diversos carteles cofrades y el pasado mes de septiembre pregonó durante la Coronación de Nuestra Señora de la Esperanza.

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Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada

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