Este domingo 25, día de la festividad de Santiago Apóstol, las Comendadoras de Santiago celebraron solemnemente el día de su patrón con una Eucaristía junto a las autoridades militares. El acto concluyó con una procesión eucarística desde el interior del claustro del Real Monasterio de la Madre de Dios y Santiago de la Espada.
La orden de las madres comendadoras, primera fundación de vida religiosas en la Granada reconquistada, celebró el pasado domingo el día de Santiago Apóstol.
Las religiosas acompañaron la Eucaristía que tuvo lugar en la iglesia del Monasterio de la Madre de Dios y Santiago de la Espada a las 11 horas. Una Misa que presidió el Capellán del Real Monasterio, D. Román Martínez, concelebrada con un nutrido grupo de sacerdotes diocesanos y de otras órdenes como la claretiana, dominica y jesuita, además del rector de la Basílica de San Juan de Dios.
Como cada año, la celebración contó con la presencia de las autoridades militares, entre los que se encontraban varios representantes del MADOC, de la Base Aérea de Armilla, además de miembros del Ejército Superior de Andalucía Oriental y de la Comandancia de la Guardia Civil.
A esta Santa Misa no faltaron tampoco los miembros de la Cofradía del Huerto, incluido su Hermano Mayor, Mariano Sánchez Pantoja, junto a muchos otros cofrades que completaron el aforo permitido por la normativa sanitaria en vigor.
“Fue un momento muy vivido en profundidad y orando por todo el momento actual de España, con una oración muy sencilla”, cuenta el Capellán del Real Monasterio. “Sin los apóstoles nuestra fe seguiría siendo muy débil. La fe se construye siempre con los demás y para los demás. Cuando eso falta, se debilita mucho nuestra fe y solo queda el rescoldo de una doctrina. El hombre ha añorado siempre realidades estables y ahora vivimos demasiado de lo inmediato”.
UNA LIMONADA Y ADORACIÓN CLAUSTRAL
Tras encomendar a España, a sus gobernantes e instituciones, además de una oración especial por los enfermos y fallecido por la pandemia, las Comendadoras de Santiago quisieron invitar a los presentes a un pequeño ágape.
“Otros años, cuando terminaba la Misa, invitábamos a la gente al comedor de la hospedería con una cerveza, algo de picar y una limonada. Pero con esto de la pandemia la hospedería sigue cerrada y dentro del monasterio no podía entrar la gente”, explica la Madre Auxiliadora, superiora de las Comendadoras de Santiago de Granda. “Lo que hicimos entonces fue sacar una limonada en el patio de la Iglesia , repartiendo botellitas de agua fresca y unas roscas fritas que hacemos nosotras”.
Por la tarde hubo el rezo de Vísperas y una procesión del Santísimo por el Claustro de la Casa del Monasterio. En esta procesión solamente estuvieron presentes las religiosas, su capellán y un reducido número de fieles asiduos que acuden diariamente a la Misa junto a las hermanas comendadoras.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada