La caridad no descansa en verano. Así lo testimonia “Abiertos por vacaciones”, una escuela de verano cuyo objetivo principal es el de acompañar a los menores de familias en dificultad dentro del barrio del Almanjáyar. La escuela se lleva a cabo en la parroquia de Jesús Obrero y cuenta con el apoyo de Cáritas Diocesana de Granada.
Con el inicio de las vacaciones, muchos son los menores de familias en riesgo de exclusión social que tienen muy difícil poder vivir unas vacaciones normales. Coordinados por la Asociación “Almanjáyar en Familia”, este escuela de verano parroquial trata de ofrecer comida, cariño y tiempo de calidad a decenas de chavales menores de edad.
“Abiertos por vacaciones” pretende acompañar especialmente a los menores de estas familias en dificultad, ofreciéndoles actividades socioeducativas, además de cubrir sus necesidades de alimentación. Entre el 23 de junio hasta el 9 de septiembre, las puertas de la parroquia de San Jesús Obrero están abiertas como escuela de verano para todos ellos. En ellas ofrecen talleres de inteligencia emocional, de informática, de manualidades, además de participar de salidas culturales o a la playa.
“Muchas veces cuando hablamos del Almanjáyar lo asociamos con realidad problemática, pero cuando hay educación y se acompaña a las familias, se produce un cambio”, explica el párroco D. Juan Carlos Carrión”. “Ayer por ejemplo estuvimos con un grupito de niños de 11 años y estuvieron jugando con los mayores y la interacción fue espectacular. Ven otra forma de vivir distinta a la acostumbrada”.
Organizados en grupos de 20, en compañía de un monitor y educador social especializado, los chicos comen comida sana, participan de diversos talleres y hacen excursiones al río, la playa o la piscina todas las semanas.
ATENCIÓN INTEGRAL A NIÑOS Y PADRES
La parroquia recibe a unos 90 niños por la mañana y otros 40 por las tardes. Aun así, la intención de esta iniciativa es la de poder brindar una atención integral que implique también a las familias. “Lo que planteamos con este proyecto no es solamente que los menores estén atendidos, sino que las familias puedan disponer de otros servicios como el banco de alimentos, los pisos de acogidas, acompañamiento psicológico, así como talleres para padres”, dice Carrión.
“Estos niños necesitan mejorar mucho esa conducta o a tolerar su frustración, porque cuando no consiguen algo que quieren, no tienen una respuesta adecuada. Es un trabajo a largo plazo cuyos resultados se ven en años”, explica Eva Lorma, que trabaja como educadora social en el proyecto desde hace tres años. “Sobre todo trabajamos la cohesión de grupo para que poco a poco se integren. Muchos no saben lo que son unas vacaciones y se ve en sus caras cómo disfrutan”.
La parroquia recibe a los niños y a sus familias en horario de 8 a 14:30 horas, y de 17 a 21 horas por las tardes. Este proyecto cuenta con once años de experiencia y se prolonga el resto del año a través del acompañamiento escolar de los chicos de la zona norte de Granada.
Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social