La celebración tuvo lugar en el recinto sacromontano en la tarde del 1 de febrero, festividad de San Cecilio, cuyas reliquias estuvieron expuestas para la veneración junto al altar durante la Eucaristía presidida por nuestro Arzobispo D. José María Gil Tamayo.
Hasta la Abadía del Sacromonte se desplazaron en la jornada de ayer, 1 de febrero, decenas de fieles y devotos de San Cecilio, varón apostólico y patrón de nuestra diócesis para conmemorar su festividad en el monte Valparaíso donde se hunden las raíces de la historia cristiana granadina.
La tradicional Eucaristía por el rito hispano mozárabe contó con la presencia de Mons. Gil Tamayo y estuvo concelebrada por los miembros del cabildo sacromontano que realizaron la entrada en el templo en procesión desde las santas cuevas unidos en el cortejo a los seminaristas de nuestra diócesis.
LITURGIA MOZÁRABE, BELLEZA EUCARÍSTICA
Durante su homilía D. José María Gil mencionó el valor de la liturgia mozárabe y del testimonio de San Cecilio: “Este rito que ha pervivido y que el Concilio Vaticano II ha revalorizado nos recuerda que la raíz y el culmen de la vida cristiana la Eucaristía. Estamos celebrando la fiesta del primer Obispo y con él, con San Cecilio, párroco apostólico que, según la tradición, ha enviado junto con seis varones más, ha ido a realizar en Hispania y que recala en Granada y sale la fe de Jesucristo y trae el estilo de esa misión a la que Jesús envía a sus discípulos”.
Asimismo, también destacó además de la virtudes de San Cecilio, la figura de San Pablo mencionada en la liturgia del día: “Al fijarnos en su fe, en esa fe ardiente y en esa fe contagiosa, en esa fe alegre, en esa fe sufriente, esa fe hecha testimonio hasta el punto del martirio, nos hace removernos en nuestro interior para no simplemente traer un recuerdo de una tradición o de una costumbre religiosa y si queréis, pintoresca incluso en Granada, sino para irnos a los comienzos, para tratar de vivir los otros en las circunstancias de aquí ahora, en siglo XXI”.
La celebración, que contó con los tradicionales cantos del coro mozárabe de la Abadía, culminó con la veneración de las reliquias de San Cecilio por parte de los fieles que, como cada año, peregrinan hasta el recinto sacromontano para profesar su devoción y oraciones al patrón perpetuando su huella en la Iglesia granadina a través de los siglos.
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María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social