En el día de hoy, 18 de Mayo, a las 1 de la madrugada ha fallecido en el convento de Ntra. Sra. del Rosario de Cádiz uno de los hombres mas ilustres que ha dado la Orden de Predicadores a la Iglesia Contemporánea.
El doctor Abelardo Lobato, amigo personal del Papa Juan Pablo II, ha publicado más de cuarenta libros. Numerosos artículos dedicados a estudios tomistas, sobre historia del pensamiento, sobre metafísica y antropología, sobre filosofía social y política. Ha dirigido varios cursos universitarios e impartido conferencias por todo el mundo. Doctor en Filosofía por el Angelicun de Roma, maestro en Sagrada Teología, título máximo de la Orden de predicadores, catedrático en varias Universidades, doctor honoris causa por la Universidad Católica de Murcia, fundador del Instituto Fray Bartolomé de las Casas, de Sevilla, del Instituto Santo Tomás de Roma, delegado del Vaticano en el Consejo de Europa para los Derechos Humanos y Miembro del Comité Directeur des Droits de L´homme (CDDH) de Estrasburgo. Miembro de la Pontificia Academia Romana de Santo Tomás, fue rector de Teología en Lugano. Fue nombrado por Juan Pablo II Presidente de la Academia romana de Santo Tomás y ha sido promotor y director desde su fundación en 1976 de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino (SITA).
Ha sido provincial de la Provincia Bética dos veces, desde su primera estancia en Granada, allá por los años cincuenta, quedo enamorado de nuestra ciudad, de tal manera que siempre la llevó allá donde vivió, Roma y Lugano (Suiza). Una vez liberado de sus cargos docentes en Lugano se traslado a Granada, para vivir aquí, en la paz de los claustros de Santa Cruz la Real sus días, sin embargo, este deseo se vio truncado en el mes de Enero de este año en que se trasladó a la ciudad de Cádiz para recuperarse de una caída.
Ha sido en esta ciudad donde ha pasado los últimos meses de su vida. Mañana a las 11 de la mañana se celebrara la Eucaristía por su eterno descanso, y su cuerpo incinerado se trasladará a la Iglesia de Santo Domingo de Escala Coeli en Córdoba donde reposará junto a los restos del Beato Álvaro de Córdoba.
