Farmacia celebra a su patrona en el Domingo de la Alegría

Farmacia celebra a su patrona en el Domingo de la Alegría

La Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada celebró a su patrona, la Inmaculada Concepción, en una Eucaristía en el monasterio de la Cartuja este domingo 12 de diciembre. Lo hizo en el tercer domingo de Adviento, “Domingo Gaudete”, recordando la naturaleza de la alegría cristiana.

El claustro de profesores de la Facultad de Farmacia participaron de esta Misa, que contó con la presencia del decano de la facultad, Manuel Sánchez Polo, así como de la rectora de la Universidad, Pilar Aranda. La celebración coincidió con el llamado «Domingo de la Alegría» que tiene lugar en este tiempo de Adviento, y estuvo presidida por el presbítero D. Ildefonso Fernández-Fígares.

En su homilía, D. Ildefonso quiso recordar cómo el tiempo litúrgico del Adviento nos prepara para la venida de Jesucristo. “Este mundo y cada una de nuestras vidas particularmente tiene un final que es plenitud en Dios. Pasará, pero la Palabra de Dios no pasará. Hace falta estar preparados para no quedarnos nosotros en estas cosas, absolutizándolas, convirtiéndolas en pequeños o grandes ídolos”, advirtió.

Dentro de la caducidad de las cosas y de las circunstancias difíciles, es posible la alegría. Una alegría que es posible si se tiene la conciencia de que Dios está en medio de todo. “Cuando nosotros intentamos llevar la vida, o que el mundo y la persona a nuestro alrededor lleve la vida que a nosotros nos parece adecuada, todo se convierte en una dificultad, en una carga”, explicó. “La alegría para siempre es posible cuando nosotros descansamos toda nuestra vida y la de nuestros seres queridos en manos de Dios”.

Recordó a María Inmaculada, patrona de los farmacéuticos, como la imagen más viva de esta alegría encarnada, junto a todos los rostros concretos que se convierten en esa promesa de Dios. “Tenemos a la Virgen María, nuestra patrona, pero seguro que todos nosotros conocemos a personas que podemos decir están alegres, no porque le vayan las cosas fáciles, sino porque transmiten esta alegría que es solamente de Dios”

“Lo contrario, la alegría espiritual no es tristeza, sino que se llama acedia”, concluyó el rector del seminario San Cecilio. “Nosotros estamos llamados a ser servidores de la alegría. Queremos ser Juan Bautista en nuestras calles. Queremos ser otros como la Virgen María en nuestras calles”.

La Eucaristía acabó animada por cantos de la tuna, sirviendo a esa misma alegría que custodia la Inmaculada, patrona de todos los farmacéuticos.

Ignacio Álvarez
Secretariado de Medios de Comunicación Social

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