Presidida por el Arzobispo de Granada en el tercer aniversario del fallecimiento del Santo Padre. En la misa celebrada el pasado 2 de abril en la Catedral, D. Javier Martínez recordó las enseñanzas de Juan Pablo II. “Uno puede entender todo su ministerio como una búsqueda del hombre por encontrarlo. No de la humanidad abstracta, sino concreta”. Así se refirió el Arzobispo D. Javier Martínez a los casi 30 años de Pontificado de Juan Pablo II, en la Eucaristía que, en su memoria, celebró el pasado 2 de abril en la Catedral, en el tercer aniversario de su fallecimiento. “Por cada hombre y cada mujer ha venido Cristo”, señaló.
En su intervención, D. Javier Martínez subrayó dos de las enseñanzas, íntimamente relacionadas, de Juan Pablo II, cuya causa de beatificación está en proceso, aunque “el pueblo cristiano lo canonizó el mismo día que falleció”. Por un lado, que el misterio del hombre sólo se esclarece a la luz de Cristo, y por otro, en su pasión por el ser humano, dando testimonio de que para amar a Dios no hay que apartarse de lo humano y para amar lo humano, no hay que apartarse de Dios.
“El hombre necesita encontrar a Cristo y sólo puede encontrarlo en su humanidad concreta”, señaló el Arzobispo, en alusión a la pasión demostrada por Juan Pablo II para que todo el mundo conozca a Cristo.
Asimismo, D. Javier Martínez expresó públicamente su agradecimiento “por ver y escuchar su magisterio, y experimentar su afecto por todo ser humano”, al mismo tiempo que recordaba cómo el día de su fallecimiento en la Catedral de Granada y en todo el mundo se daba gracias a Dios “por tener un pastor y una vida entregada así”.
