El pasado domingo, 12 de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, se celebró la Pascua del Enfermo en la Diócesis, con la celebración de la Eucaristía en la S.I. Catedral por al Arzobispo, Mons. Javier Martínez.
En la Misa concelebraron junto al Arzobispo sacerdotes diocesanos, y participaron los miembros de la Pastoral Diocesana de la Salud y de la Hospitalidad de Lourdes. Además, la Schola de Pueri Cantores de la Catedral acompañó musicalmente en la liturgia.
Asimismo, el domingo 12 se celebró la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, por lo que durante la Eucaristía, se rezó una oración por los periodistas y comunicadores.
Mons. Javier Martínez habló en su homilía del sentido de esta gran Solemnidad, la Ascensión del Señor: «El misterio Pascual en el que Dios se revela a sí mismo, se desvela a sí mismo, nos descubre su intimidad, es una realidad inabarcable».
El Arzobispo trató tres aspectos: la victoria sobre la muerte, la apertura de los cielos y el don del Espíritu Santo, del espíritu de hijos de Dios, y añadió que «no se pueden separar los tres aspectos, los tres forman una unidad, los tres son dimensiones de la misma preciosa realidad».
«El misterio pascual no es sólo el triunfo de Jesús sobre la muerte. El hecho de mencionar la palabra muerte pone de manifiesto que ese misterio no es separable de la Encarnación, por la que el hijo de Dios se une a nosotros, se une a nuestra pobre condición humana, se hace uno con nosotros, se acerca a nosotros, y se acerca a nosotros tanto, tanto, tanto que a nosotros que llega hasta lo más hondo de nuestra condición, que es la muerte».
El Arzobispo continuó: «La Ascensión nos revela otro aspecto que es esencial, y es que esa victoria sobre la muerte le lleva a Cristo a retornar al Padre, y luego, cumplida su misión, deja sembrada en la tierra la vida divina, deja sembrado en la tierra el don del Espíritu Santo que nos transforma en hijos de Dios».