Mons. Javier Martínez, Arzobispo de Granada, celebró el pasado sábado, 11 de mayo, junto a los fieles de la Hermandad de la Virgen del Rocío de Granada la Eucaristía y la bendición para marchar en peregrinación a la aldea del Rocío.
En la Misa, que se celebró en la iglesia de San Pedro y San Pablo, participaron también el presidente de la Real Federación de Cofradías y Hermandades, el Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Granada, las autoridades civiles y los hermanos rocieros que comenzaban la peregrinación mariana.
En la homilía, Mons. Javier Martínez, explicó la relación entre el folclore y la fe, y habló de la Iglesia como un pueblo, el pueblo de Dios: «No es un pueblo como los demás pueblos, no es un pueblo que tiene por así decir su consistencia o su razón de ser, diríamos, en una configuración del poder coercitivo, del poder político, pero es un pueblo. Y un pueblo tiene siempre necesidad de expresar la fe, y la expresa de manera espontánea, con su forma de ser, con su naturaleza, y ahí entramos en la palabra folclore».
Asimismo, el Arzobispo recibió la medalla de la Hermandad del Rocío de Granada, e impuso las medallas a los hermanos que les correspondía recibirla.
Al término de la Eucaristía, los hermanos rocieros colocaron el «sin pecado» de la Virgen del Rocío en la carreta, y se dirigieron a la Basílica de la Virgen de las Angustias, para rezar ante la Patrona antes de comenzar el camino hacia Almonte.