Artículo de José García Román, compositor granadino y Académico de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias, sobre el programa del concierto con motivo del Corpus Christi, que tendrá lugar el jueves en la S.I Catedral, a las 20 horas, dentro del III Ciclo de «Música y Tiempo Litúrgico».
En esta tarde de la Solemnidad del Corpus Christi, Fiesta Mayor de Granada, se clausura el III Ciclo «Música y Tiempo Litúrgico» con un concierto que pretende ser obligada y anhelada corona eucarística. Como si se tratara de una celebración litúrgica, proclamarán su palabra los dos órganos de nuestra Catedral que darán voz a pentagramas escritos para honrar el Misterio de la Eucaristía, uniéndose sonoridades inspiradas en textos dedicados al Santísimo Sacramento a la majestuosidad del Templo Metropolitano granadino, verdadera apoteosis de belleza y arquitectura renacentista.
Se inicia el concierto en el órgano de la epístola (instrumento barroco de extraordinario valor, que espera la restauración que le devuelva su plena y auténtica voz) con la obra Ego sum Panis vivus de Scheidemann, alemán, organista y maestro de música, considerado como el compositor más importante de piezas para órgano de la primera parte del siglo XVII. La partitura está escrita sobre un motete de Orlando di Lasso, prolífico y versátil compositor del renacimiento tardío. Prosa del Santísimo Sacramento del sevillano Correa de Arauxo, compositor destacadísimo en la música española del siglo XVII, nos lleva a la secuencia «Lauda, Sion, Salvatorem», de la Misa de la Solemnidad del Corpus Christi, con una armonización de gran transparencia. Finaliza la interpretación en el órgano barroco con la Partita»O Salutaris Hostia» en la que dos excelentes músicos de nuestra Catedral, Valentín Ruiz-Aznar y Juan-Alfonso García, maestro y discípulo respectivamente, nos ofrecen unos pentagramas de singular belleza y hondura que ya forman parte de la memoria musical de la Granada del siglo XX. Una obra compuesta para coro de voces mixtas, que cantan las dos últimas estrofas del himno eucarístico Verbum supernum, seguramente de Santo Tomás de Aquino, sobre la que Juan-Alfonso García escribe esta pieza.
El órgano del evangelio inicia sus primeras sonoridades con Ave verum Corpus, partitura universal, interpretada en diversas versiones, escrita por Mozart al final de sus días, y que de la mano de Liszt adquiere nuevas y sugestivas dimensiones. Fauré, compositor francés que ha conseguido un merecido puesto en la historia de la música, sobre todo por su celebrado Requiem, es el autor de las obras Ave verum y Tantum ergo, himnos eucarísticos; el primero, compuesto en el siglo XIV, y atribuido al papa Inocencio VI; y el segundo, por Santo Tomás de Aquino.
Concluye el concierto con «Joies», de Trois Danses (transcritas para órgano en 1940), del compositor y organista francés Jehan Alain, de familia de músicos y gran talento, fallecido a los 29 años al inicio de la segunda guerra mundial, al ser asaltado su pelotón por un batallón alemán. Estas «Alegrías», unas sonoridades festivas cuyo simbolismo recuerda la danza bíblica y de los seises que forman parte de la memoria de Granada, llenarán jubilosamente el espacio catedralicio con rotundos ecos de solemnidad, como colofón festivo en el Día del Señor.
José García Román